12.4.24

El trabajo invisible


e pasado cosa de un año teniendo en la cabeza conseguir una lata de Saphir, la crema de zapatos con cera de carnauba, cera de abejas y trementina. La primera lata se la compré a un zapatero que me la recomendó. Su establecimiento de reparación de zapatos cerró al poco tiempo. La segunda lata la compré en Badalona en una tienda que encontré casualmente. La tercera la compré hace poco en la Droguería Rovira (fundada el 1910), que está al lado del Mercat Galvany y que tiene una magnífica oferta de cepillos.
La diferencia entre lustrar unos zapatos de piel con un betún común y lustrarlos con la crema Saphir es asombrosa. No hará falta decir que primero hay que limpiar bien la superficie, aplicar una capa generosa pero no excesiva, y por último dar un buen cepillado con fruición.
Se dirá que bien podía haber comprado una lata por alguna de las plataformas que se ofrecen en internet, pero en todas se me cobraba tanto por el envío como por el producto, cosa que me escandaliza aunque entiendo.
La fotografía de hoy recoge una escena de la campaña del 8M del año pasado en Celanova (Orense), en que las amas de casa "empoderadas" defendieron su trabajo invisible con sus mandilones. Meses después las batas y mandiles también formaron parte de la campaña Vivamos como galegos
Cuando parecía que las batas del trabajo invisible femenino se habían agotado entre los estampados a cuadritos y los estampados a flores, aparecieron por corto tiempo los delantales tipo casulla que cubrían la parte delantera y trasera del cuerpo. Pero en estos momentos creo que es más fácil encontrar un delantal japonés ─sin quitarles su mérito─ que la bata cruzada que triunfó en los años 80. Al parecer aún quedan fabricantes (porque aún hay mujeres que las usan), y no son caras; en Galicia es posible comprarlas a 10 euros. Sin negar que el delantal japonés es práctico y sienta bien, la bata que se cruza por detrás sin mangas se puede llevar en invierno con ropa debajo, y al parecer aumenta su potencial térmico, y en verano sin apenas ropa. El corte de mandilón al que me refiero es precisamente el que lleva la mujer que ocupa el centro de la imagen, la que lleva un jersey verde.
Estas prendas se usan o se usaban tanto para trabajar en la huerta o la cuadra como para hacer las faenas de la casa. Si buscamos en internet "batas de casa" lo que probablemente abundará en los resultados es todo tipo de batines, albornoces y deshabillés que en realidad no son muy aptos para fregar, todo lo más para recoger la cama y regar las cuatro macetas del balcón o para ir a tirar la basura y después echarse en el tresillo. Nada.
Hablando de "trabajo invisible", pero en otras lides, no hace mucho observé durante una compra en Decathlon, que una cajera estaba visiblemente incómoda porque sus compañeros se escaqueaban. Yo pienso que era notable a mis ojos porque también a mí se me han presentado muchas situaciones parecidas en mi propio desempeño. Parecía que la cajera imploraba mi comprensión, aunque tácitamente. Y se la di. "Te han dejado sola", le dije. Tal vez el trabajo en esa empresa está mal pagado, y eso es algo que se deja ver cuando vuelves a los sitios y ves siempre personal nuevo. 
En mi trabajo la única forma de demostrar de manera terminante la diferencia entre el desempeño de los que se escaquean y de los que no, sería hacer un análisis del rendimiento informático. Y no sería nada difícil porque de hecho ya se hace con otras categorías cuyo trabajo incide en los gastos, por lo que hay que controlarlas, tabular, sumar.
En fin, vaya mi sentido homenaje por las mujeres y hombres sacrificados que levantan a sus familias y a este país que todo lo va resistiendo.

"España es el país más fuerte del mundo, los españoles
 llevan siglos intentado destruirlo y no lo han conseguido
(Frase atribuida a Otto von Bismarck)

8M en Celanova (Orense)

 (c)SafeCreative *2404127626347

24.3.24

Fifty duck-size horses


 vueltas con las especulaciones y las opiniones derivadas del anuncio de Kensington, las que me resultan más sensatas son las que cuestionan la autenticidad del vídeo. Es decir, el vídeo solo tiene de real su origen, la residencia de los príncipes de Gales. Basta ver que es borroso o con poca definición ─contrasta la definición de la melena respecto a la de los ojos─, que la expresividad de Kate Middleton o su imagen es muy limitada y hierática (incluso para una inglesa), y que en mi pobre entender su reacción emotiva es inadecuada. Pero el tema del cáncer rara vez se trata con normalidad ni con naturalidad y pasa, como ya señalé aquí en su momento, como con la tuberculosis, que cuando fue su "moda", introdujo elementos románticos y de todo tipo, que crearon una especie de mito.

Aunque yo he vivido sin dramatismos tres diagnósticos de cáncer en mi propia carne, los tres erróneos, comprendo el horror o el malestar que inspira. En mis tres procesos (ovario, tiroides y mama) han discurrido más de 30 años y los tratamientos han mejorado mucho, así también como las pautas de agonía. En las tres ocasiones recibí la mejor atención imaginable y si hubo algún accidente fue más por exceso de celo que por la falta de cuidado, excepto por lo que respecta al preoperatorio del tumor tiroideo, que fue un auténtico disparate. Por no cansar diré que en los tres casos, es decir en el quiste endometriósico, en el nódulo tiroideo y en el tumor luminal de mama, mi actitud fue más o menos la misma: evitar el dramatismo ajeno. El propio es mínimo puesto que no me gusta el emotivismo y deploro toda la carga que asumen en general muchas enfermedades. Si pongo por delante este párrafo es para demostrar que estoy legitimada para hablar de este tema. Tan poca importancia me he querido dar que mucha gente de mi entorno ni se acuerda.

Se comprenderá que me resulta desmedida la tristeza de Kate Middleton, la inseguridad que muestra en sus manos, caso de que sean las suyas (y no se trate de un montaje de deepfake) y en general toda la escena. Si la imagen fuera real, que no lo es, me resultaría absurda. Todas las películas de la ficción donde aparece una mujer con cáncer muestran un proceso que más o menos todos podemos reconocer, desde la desesperación hasta la entereza y la esperanza. Cuando hay niños pequeños además no puede ser de otra manera. 

La razón para exculparse del retraso en la comunicación sobre la desaparación de la escena pública de la princesa son los niños, que estaban ajenos a la noticia. Esa cuestión también es respetable, pero de nuevo me resulta inverosímil y tratar a los niños como si fueran incapaces de entender es una excusa. En la educación de los niños entra también la capacidad de asumir noticias pésimas sin tapujos ni trucos ni trampas.

El tema no es que me interese mucho ni me importe demasiado, aunque naturalmente espero y deseo que la quimioterapia haga su efecto y que todo acabe bien. Sin embargo me ha hecho recordar que el negocio y el ocio de la ciencia y la big farma se nutren y se sirven de opiniones irracionales.

Buscando opiniones irracionales sobre la infidelidad conyugal, doy con este comentario en Youtube, en un vídeo de la monja budista Damcho:

"No importan todas las vueltas que se den a los diferentes temas relacionados con la pareja, hay una realidad [de la] que debemos ser todos conscientes y esa es que todo en esta vida está sujeto a cambio. Todo es impermanente. Es la creencia idealizada [de] que algo es permanente lo que en [sic] provoca el sufrimiento [,] es el pensar que una persona externa a nosotros mismos pueda llenar el vacío en nosotros mismos. Es imposible amar y que nos amen si antes no hemos aprendido a concocernos y puesto en acción amarnos a nosotros mismos"

He encontrado ideas que no están nada mal en el budismo, pero también muchas simplezas por parte de los budistas poco preparados. La impermanencia no lo explica todo, especialmente cuando el engaño que ha sufrido una pobre criatura añade detalles de gran crueldad y de mentira traicionera. El comentario se comenta solo, aún admitiendo que hay algo de razón es las palabras, puesto que es cierto que en el engaño ─como ocurre con todos los timos o fraudes─ colaboramos no ya con nuestra ingenuidad sino incluso con nuestra ambición y falsas creencias.

***

Después de la manipulación de la imagen pública de figuras como Evita o Diana de Gales, después de haber visto la transformación de Kate Middleton con sombreros que lleva de maravilla y tan bien como si fuera una actriz de Hollywood de los años 40, cualquier cosa puede ser interpretada hasta el vértigo.

Bob Eckstein 
"¿Qué preferirías, ser atacado por un pato grande como un caballo o por 50 caballos pequeños como patos?"

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