28.3.09

La zeta


“Pero para mí, la Enciclopedia Larousse lo era todo. Cogía un tomo al azar detrás de la mesa, en el penúltimo estante, A-Bello, Belloc-Ch o Ci-D, Mele-Po o Pr-Z (estas asociaciones de sílabas se habían vuelto nombres propios que designaban a los sectores del saber universal: estaba la región Ci-D, la región Pr-Z, con su fauna y su flora, sus ciudades, sus grandes hombres y sus batallas); yo lo ponía con mucho esfuerzo sobre la carpeta de mi abuelo, lo abría, descubría a los verdaderos pájaros, cazaba verdaderas mariposas posadas en flores verdaderas. […] Encontré el universo en los libros: asimilado, clasificado, etiquetado, pensado, aún temible; y confundí el desorden de mis experiencias librescas con el azaroso curso de los acontecimientos reales. De ahí proviene ese idealismo del que me costó treinta años deshacerme”
(Jean-Paul Sartre, Las palabras)

Hace unos días ZWEINS hizo un experimento en Google buscando las letras del alfabeto. Antes de hacer la mudanza de *A la flor del berro a aaoiue.blogspot.com, cuando la enciclopedia estaba en mdmngz.blogspot.com, había un post con curiosidades extraídas del feedjit, ese gadget que nos permite ver el tráfico de entradas y salidas en el blog, la ciudad de origen, o ser obviado discretamente. El post desapareció en mi mudanza, pero recuerdo que uno de los hallazgos curiosos era que un buscador o buscadora había llegado a *ALFB buscando “sexo piscinas Vigo” en el Google. Había y siguen habiendo búsquedas muy curiosas. Y me imagino lo decepcionante que debe ser buscar “sexo piscinas Vigo” y dar con esto.

Recientemente publicamos aquí algunos resultados sobre la búsqueda “3 minutos”, una unidad de tiempo muy definida, que debería constituir por sí misma una fracción como lo es la hora o el minuto. Con el tiempo pasa como con el dinero; está estudiadísima la variedad de billetes y monedas. Usar usar yo solo uso la moneda de 1 euro y los billetes de 5, 10, 20 y 50 euros. Las monedas inferiores las acumulo en un vaso de cerámica y los billetes superiores a 50 euros es que ni los veo. Algún metal que hay en la aleación de las monedas de poca monta me da repelús. Debe de ser el niquel.

La letra “zeta” de los apellidos de algunos de nosotros, ha sido repetidas veces desvirtuada y no sólo por la campañas preelectorales de algunos políticos como Rodríguez Zapatero (ZP, un nombre como de insecticida). Hay algunos individuos que incluso alteran el orden de sus apellidos por lo civil para no llevar el lastre y la pena o la vergüenza de llamarse González o López o Ruipérez. En estos casos se da preferencia al apellido materno si es menos vulgar, que es lo que se hace sistemáticamente en los países anglófonos o en Brasil, por ejemplo, por sistema. Entonces yo pasaría a llamarme Senra Domínguez o simplemente Senra, y no Domínguez Senra o Rodríguez, como también (no sé por qué) se me llama. A todo esto, el apellido más vulgar en España es García, y sólo hay que verlo en la página del Instituto Nacional de Estadística para comprobarlo.

Sabemos de algún caso en que simplemente el patronímico en –z es eliminado o exterminado con el encono de un genocidio clásico. La inquina contra los apellidos acabados en zeta no sé si viene de una teoría o leyenda por la cual son de origen judío, teoría descabellada y rancia donde las haya en la que no me voy a molestar ni en reparar. Cada vez que alguien dijera "origen judío" habría que regalarle una muñeca pepona. Parece más sensata o verosímil la explicación que recoge de Alfonso Irigoien la Wikipedia, pero tampoco es que tengamos gran interés por la heráldica, la etimología ni la limpieza de sangre o el justo sentido. Precisamente me acuerdo a este respecto y respeto de una anécdota que me explicó una médica forense cuando empezó lo de la cosa de las pruebas de paternidad en Barcelona. Un buen hombre, harto de las comidillas de que era objeto en el mercado de abastos en que tenía su puesto de verduras, quiso comprobar la paternidad sobre su tercer hijo. Resultó ser el único que era verdaderamente suyo. Lógicamente como este señor no había cuestionado la de los otros dos (no se le ocurrió), no le dieron más información que la que pidió. Esto es como lo de los niños: ¿a qué explicarles de donde vienen antes de que lo pregunten?

También me acuerdo de que en el colegio nos llamaban por el apellido y de que desde los 3-4 años coincidíamos niñas que teníamos no sólo apellidos en zeta sino que eran kilométricos: Rodríguez, Hernández, Domínguez. Me figuro que debía de ser desesperante y disuasorio tener que llamarnos al orden con unos apellidos tan largos. Yo le he tomado gusto últimamente en deletrearlo cuando me lo preguntan, incluso en España. Je, je. Sobre todo si lo hacemos con el código internacional, aburre a las ovejas: Delta, Óscar, Mike, India, November, Golf, Uniform, Echo, Zulú. Cuando llego a “zulú” es que ya es la repanocha. ¿A ver si “zulú” no es una palabra como una catedral?

Ya escribimos una entrada sobre "Marta erre", pero faltaba la entrada de la "zeta" y dejamos para otro día la palabra senra. La zeta es la letra de los cómics para el ronquido apacible, para el dulce zumbido de las abejas embriagadas de sol y néctar, es la letra que representa el burbujeo de anhídrido carbónico de los peta-zetas en la boca y es la última letra de nuestro alfabeto pero no la peor. Si es que hasta le dan a una ganas de bailar con la zeta y la Susheela Raman cantando "Maya" (la Ilusión) en plan sakti.

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