17.8.09

Post 308: "Aembolo"

Josep Mª de Porcioles (Alcalde de Barcelona, 1957-1973) y "Copito de nieve"

"Dedico esta edición a mis enemigos,
que tanto me han ayudado
en mi carrera"
C. J. Cela, La familia de Pascual Duarte


Jordi Sabater Pi falleció el pasado 6 de agosto en su casa en Barcelona a los 87 años de edad, 6 años después que el gorila albino que nos trajo de Guinea, Copito de Nieve (“Floquet de neu”)(1963-2003).
Leímos el día siguiente en El País:
“Para Sabater Pi, el gorila albino fue sólo una anécdota en su carrera científica y ésta habría sido mucho mejor valorada de no ser por el destino que un día de 1966 en África llevó a la extraordinaria criatura a cruzarse en su camino. Seguramente el primatólogo se disgustaría al ver que ni en su obituario ha podido librarse de la sombra del albino, su particular Moby Dick cuadrumano. No recuerdo ninguna conversación, a lo largo de más de 20 años de un contacto que había dejado un poso de esa amistad sobreentendida que dan el tiempo y la frecuentación, en la que no hablásemos de Copito. Había mucho humor -irónico, incluso corrosivo- en lo que decía Sabater Pi, hombre de ácida simpatía, del gorila, pero también una rabia contenida que a veces estallaba en exabruptos contra el primate. "Es tonto", me decía, "Copito es un gorila tonto; como las personas, hay gorilas listos y tontos, y él es de los tontos". […] Y uno no puede recordar sin estremecimiento el singular epitafio que el naturalista le dedicó al mono: "Aembolo nfumo negui", "Hasta la vista, gorila blanco".
A mí me parece que Sabater tenía como celos o envidia de Copo, porque fue más famoso que él. Y que conste, que cuando yo conocí al primatólogo, a mis 20 años, Copo no era famoso y sin embargo su primer cuidador ya mostraba una cierta arrogancia, o a mí me lo pareció, la necesaria como para luego permitirse decidir quién es tonto y quién no. Otra cosa que recuerdo, durante la conversación que presencié fue, con perdón, la cantidad de sarro dental que tenía el investigador sobre sus dientes. En mi ignorancia pensé que tal vez se debía a alguna infección adquirida durante su estancia en África. Ese sarro lo estuvo manipulando durante la conversación a la que me refiero con singular fruición de mico tití y al mismo tiempo con la naturalidad de un macho dominante que lo mismo se recoloca o muestra los testículos que se rasca la cabeza productivamente. La conversación me produjo la mayor perplejidad, no solo por la cantidad inaudita de tártaro blanquecino que tenía depositado en los piños sino porque en la medida de mis posibilidades aquello me pareció incomportable y algo repugnante. A Copo también lo conocí en unas circunstancias que no realzaban, por así decirlo, los rasgos más atractivos de su personalidad. En el Zoo de Barcelona, que ya es. Y era viejo (lo equivalente a nuestros 86 años), estaba enfermo y además creo que estaba de mal humor. Hay quien dice que lo tenían tan acribillado hormonalmente (para conseguir a la larga un descendiente albino) que seguramente los 21 hijos que se le atribuyen eran sólo una aproximación muy a la baja de los que realmente llegó a tener con sus propias parientas y que no están reconocidos. Así que lo que yo pueda decir tanto del difunto profesor Jordi Sabater como del difunto Copo, es a lo mejor poco significativo e irrelevante.
Dicho esto, no puedo menos que sonreírme ante un Vídeo de Copo ya viejo con la música de “Recuerdos de la Alhambra” de Tárrega de fondo. Sinceramente, me ha hecho pensar en cuando en el funeral de Grace de Mónaco, Grace Kelly, cuando todo el mundo se puso a llorar desconsoladamente cuando sonó el Adagio de Albinoni. Aunque a mí me vuelve loca la danza española número cinco de Enrique Granados (sobre todo en la formidable interpretación de Kaori Muraji), no creo que sirva para todo. Si acaso para Copo hubiera sido más apropiado el Concertino para guitarra y orquesta en La menor op. 72 de Salvador Bacarisse.
El epitafio de Copo (“Hasta la vista, gorila blanco”), que le escribió Sabater es un poco desconcertante puesto que parece que al leerlo lo escribamos y ese cambio de roles no es lo que se esperaría de un epitafio, como si fuera dirigido a los que nos vamos a morir (los morituri) y no fuera proferido por quien se murió. Precisamente hace bien poco Francisco M. Ortega Palomares, el blogger de El día que estés muerto sabrás cuanto te quieren (El sexo de las moscas) comentaba recientemente en su Facebook: “República Independiente. Por fin Ikea ha rectificado y me siento descansado. Llevaba meses dando la tabarra con el anuncio de Ikea que estaba mal. En la alfombra de una casa no puede poner “Bienvenido a la república independiente de 'tu' casa”. Puesto que así sería la casa de todos. Hoy he visto la variación correcta: “Bienvenido a la república independiente de ‘mi’ casa”.
A mi me hacía pensar lo de Ikea en cuando en los andenes del Metro de Barcelona a veces se oye por megafonía "el andén está provisto de cámaras para su seguridad" y "l'andana està proveïda de càmares per a la seva seguretat". ¿Doble sentido? En catalán institucional nos dirían, de referirse a nosotros: "l'andana està proveïda de càmares per a la vostra seguretat". Y esto es porque a lo mejor lo de las cámaras está al límite de la legalidad, pero no tanto cuando están al servicio de la seguridad de un lugar, no de los que lo ocupan. No dan puntada sin hilo.

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