28.9.12

Las fronteras de la razón

"Anticamente i giovani Catalani innamorati, per
cattivarsi il cuore delle loro belle, si
inscrivevano nelle confraternite dei flagellanti,
e andavano sotto le loro finestre con
una sferza metallica a farsi spicciare
il sangue dalle carni, e le belle 
gl'incoraggiavano, accennando: "Batti, batti
ancora, così, ora t'amo e son tua!" 
Quante volte avrei esclamato quella
sera: "Signori, per carità, datemi una sforza metallica"
Edmondo de Amicis, Spagna

a imagen de hoy es una fotografía antigua de las que se recuperaron en 1992 prácticamente que de la basura y que procedían de uno de los fascistas italianos que estuvieron en la Guerra Civil. Wilhelm Schrefler (1905-1979) nació en el norte de lo que hoy es Italia pero que había pertenecido al Imperio Austro-Húngaro, así que el año 1935 se llamaba Guglielmo Sandri y el año 1937 se alistó en el mussoliniano Corpo Truppe Volontarie (CTV). De su recorrido por toda España quedan cosa de 4000 negativos. Y el año 2008 parte del material fue expuesto en Roma. Que el tirolés adoptara en su italianización forzosa el nombre de un piloto famoso puede parecer una astracanada pero seguro que encontramos ejemplos mucho más extremos de princesas, artistas, héroes de ficción y hasta de dibujos animados y en la actualidad.
Traigo la imagen del tirolés Schrefler/Sandri como eslabón perdido entre el post "Post 886" y el premiado foto-montaje de Samuel Aranda y éste. La escena tiene toda la frescura del mal momento por el que pasa un prisionero de guerra ante su interrogador y la dureza de los gestos de cada cual es bien auténtica tanto como de lamentar. Este encaramiento me ha recordado o otra página "estelar" de la historia de la humanidad, el de una delatora de la Gestapo que retrató Henri Cartier-Bresson el año 1945 justo cuando intentaba colarse y pasar desapercibida per la pillan. Obviamente ya sé que son dos escenas diferentes de guerra, pero ambas son veraces y ambas ilustran la humillación del derrotado o algo que se le parece mucho y que no nos gusta. 
Como sabemos, Cartier -considerado el padre del fotorreportaje- también fotografió España durante la Guerra momentos decisivos genuinos que contrapuse ya en su momento a los de Català-Roca, que a mi entender tenía una mirada selectiva, y que tal vez técnicamente o estéticamente es más llamativo que Brangulí, pero no es ni la mitad de la mitad de auténtico. La foto conocida como "Piedad" de Aranda solo consigo que me impresione negativamente y ni siquiera me merece un análisis de su impostación.
A partir creo que del siglo XVIII España se convirtió en un tema atractivo para la literatura y en particular para la literatura de viajes. Se suelen distinguir dos tipos de libros de viajes: los que escriben los naturales y los que escriben los extranjeros. Yo diría que existen dos libros de viajes: los que buscan la verdad o la realidad del lugar y sus gentes y los que por decirlo de una manera directa no.   Añadiríamos la subdivisión de libros buenos y libros de poca calidad. Si nos fijamos incluso entre los turistas hay quien va explicando no ya de España, de donde sea, lo que le parece a bien. Y me estoy acordando de cuando se puso de moda visitar Turquía y la gente se traía un kilim o varios y la historia de que había trata de blancas. Lo recordaba la primavera de 2009:
Éstos días me quería leer El millón, título con el que se conocen los viajes narrados por Marco Polo. El libro se llamó originariamente Libro de las maravillas, como el de Ramon Llull, pero como Polo se refería de continuo a millones de pájaros y de personas y de todo, pronto se ganó el sobrenombre de Il Milione. La Biblioteca Colombina, en Sevilla, conserva un ejemplar de 1485 profusamente anotado por Cristóbal Colón. Con Cristobal Colón, Marco Polo comparte la confusión en torno a su verdadero origen. Lo mismo que se habla de un probable origen ibicenco de Colón, también se cuenta que los Polo procedían no de Venecia sino de Croacia. También es curiosa la coincidencia del bizantinismo de nuestra Sevilla y el de Venecia, que se quedó con los cuatro leones dorados de Constantinopla.
Otra cuestión que ha sentado polémica es la de la veracidad de las historias de Il Milione, puesto que aunque se sobrentiende que Marco Polo estuvo en China, no nos habla ni de la escritura, ni de comer con palillos, ni del té ni de la Gran Muralla o el vendado de pies, cosas que incluso ahora constituyen las cuatro generalidades (o cinco) de nuestro conocimiento sobre el gigante asiático. Cuando haya leído el librito tal vez podré llegar a alguna conclusión, pero está claro que la orientación de Marco Polo era la de hacer una guía rudimentaria para comerciantes y que no entraba en sus planes trasmitir todas las particularidades y las costumbres que observó con la minuciosidad de un herbario dieciochesco o hacer una Lonely Planet de mochilero o turista low cost ("Pequeño pájaro perdido")
Ahora que me acuerdo también se suele decir que nuestro querido poeta Federico García Lorca, cuando estuvo en Nueva York no salió del hotel donde se alojó, pero ese es otro tema. Del que nos ocupa, lo que alguna vez me ha molestado no es que un extranjero no capte con atención lo que pueda tropezarse en nuestro país, sobre todo si escribe bien, sino los españoles que cuando van al extranjero se crecen y explican lo que nunca existió ni siquiera en su imaginación porque improvisan. Por aquello de que nadie es profeta en su tierra hay emigrantes o viajeros que al conseguir ni que sea un pequeño ruedo de interlocutores empiezan a sacar historias en blanco y negro, sobre todo negro,  donde se fabrican de paso una identidad hagiográfica como aquella del impostor Enric Marco o Tania Head, la superviviente catalana de las Torres Gemelas. Aunque estos dos casos son claramente patológicos, lo que yo intento señalar es la índole o tendencia a pintar la realidad y no solo con veladuras.
Estos días leía Spagna, un libro que se lo pueden descargar gratis de Amazon, de Edmondo de Amicis. El libro reúne las crónicas de su viaje el año 1872 por una parte de nuestro país. Como por aquel entonces las Cortes habían proclamado rey a Amadeo de Saboya, muchos italianos tenían puestos sus ojos en el reino y Edmondo de Amicis estuvo cosa de cinco meses enviando sus experiencias o reflexiones al diario "La Nazione". El periódico florentino fue fundado el 1859 y cuando yo estuve en la Toscana el 1985 recuerdo haber visitado su sede, aunque estaba un poco alejada del centro histórico y era nueva. El lenguaje de Edmondo de Amicis tiene colorido, vivacidad, trazos firmes y seguros y hace la lectura francamente una delicia, pero en lo que llevo leído, que es poco -y que empieza por Gerona y Barcelona- no distingo lo principal de estas ciudades ni lo que las hace características. Parece que fue Andalucía la verdadera meta del viaje del ligur y donde sus descripciones constituyen verdaderos lienzos llenos de matices.
Como es natural una crónica de viaje no es ni una carta postal, en la que caben tres frases, ni una tesis doctoral o una enciclopedia. En las Cartas desde España de José María Blanco-White como en La Biblia en España de de G.H. Borrow tenemos ejemplos de esas visiones románticas que buscan el pintoresquismo y que en sus miradas selectivas eligen la parte por el todo y tratan desigualmente (al número de palabras me refiero) territorios ínfimos de nuestra geografía y territorios mayores y muy poblados. Pero, como también es natural, prefiero que haya eso a que no hubiera nada.
No tengo el más remoto aviso de la existencia de flagelantes en la Barcelona del siglo XIX y me suena como lo de la trata de blancas en Turquía y los millones de pájaros de Marco Polo. Pero tomémoslo por lo que es, una galantería hacia la belleza de las catalanas.
Unos días hablaremos de las razones de las fronteras y otros días hablaremos de las fronteras de la razón.

Interrogatorio a un prisionero republicano (Guglielmo Sandri, 1937)

I have always been attracted to everything
nature has to offer. I cannot think of any plant,
animal, or creature that inhabits this planet
that has not fascinated me. I have never thought
of any being in the universe as superior to
another. There is no living thing on earth that I
have seen that is more or less beautiful than
another, though it is true that I am attracted to
some of the inhabitants on Earth more than
others. As a photographer, I indulge my affinities
until I am ready to move on and explore new
challenges because I have visually exhausted my
vision on a given subject. I believe personal
affinities are genetic idiosyncrasies that are unique
to each individual. In my life, indulging my vision
has brought many surprises that I would have
never thought of consciously. It is this chemistry
that I believe is the creative force in all of us



La letra capital de hoy corresponde a una xilografía veneciana del siglo XVI.

______
(*) 
"Siempre me he sentido atraído por cuanto la naturaleza nos ofrece. No puedo pensar en ninguna planta, animal o criatura que habite la tierra que no me haya fascinado. Nunca he pensado que algún ser en el universo sea superior a otro. No hay ningún ser en la tierra que yo haya visto que fuera más o menos bello que otro, aunque es cierto que me siento atraído por ciertos habitantes de la Tierra más que por otros. Como fotógrafo me permito afinidades hasta que estoy preparado para cambiar y explorar nuevos retos a causa de haber agotado mi visión sobre un tema determinado. Creo que las afinidades personales son idiosincrasias genéticas que son únicas en cada individuo. En mi vida, satisfacer mi visión me ha llevado  muchas sorpresas de las que no hubiera tenido nunca noción conscientemente. Es la química lo que yo creo que hay en la fuerza creativa de todos nosotros" (Traducción más o menos literal)

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