4.1.10

Mundo cruel (1)

Marilyn Monroe por André de Diennes

“Hollywood is a place where they’ll pay you a thousand dollars for a kiss and fifty cents for your soul”.

“Dogs never bite me. Just humans”.

“Money, that’s what it’s all about”.

M. Monroe (*)

En un documental de Patrick Jeudy sobre Marilyn Monroe, “Marilyn, dernières séances” (2008), recientemente emitido en el Canal 33 o en TV2, no sé, el director reconstruye la historia de la actriz a partir de los dos últimos años de su vida, cuando estuvo haciendo psicoanálisis con Ralph Greenson. El documental se puede ver en Dailymotion en francés, en tres partes (la primera dura 18:16 minutos, la segunda 17:08 y la tercera 17:49). A la vista de algunos comentarios que aún se siguen haciendo sobre Marilyn Monroe o sobre Norma Jeane Baker o Mortenson,  sobre si era guapa o no, si la asesinaron o no, que si  era rubia platino,  que si era tonta, si esto y lo otro, este documental adquiere aún mayor valor. Por su rigor y por su respeto.  La tendresse debía ser un valor y un indicador como lo es la felicidad en Bután. La ternura interior  bruta, no la brutalidad.
Sin ir más lejos ayer leí en un magazine una columna (**) del famoso escritor  Andrés Trapiello. ¿Quién me mandará a mí? Era la primera vez que leía algo de este escritor, así que no tengo demasiada información sobre sus trabajos. Y en realidad debo admitir que lo que leí lo podría haber escrito cualquier otro escritor de tantos como tenemos en nuestro país, incluso un escritor cualquiera de un blog o algo peor.  Si es que hay algo peor.  Con ese misma acritud analítica un poco indolente, de vuelta de casi todo, sin embargo, ya hay menos (escritores). Por lo tanto, que la columna fuera de Trapiello, a quien me parece que se le honró hace poco con el Premio Julio Camba, es lo de menos. Yo más bien creo que se merece el Premio Gutiérrez Solana, si es que existe. Lo de más, de la columna, digo,  es que se valía de una foto que le hicieron a la actriz leyendo el Ulysses y por las últimas páginas, para sacar a relucir que él no lo había leído y deslizar la duda -o algo epistemológicamente muy por debajo de la duda- de que Marilyn Monroe tampoco. Si dijéramos que las razones que ni siquiera aduce el señor Trapiello para poner en entredicho que Marilyn Monroe leyera la novela son machistas, aunque de un machismo muy evolucionado y destilado, no del típico machismo mamachichista,  nos estaríamos metiendo en camisa de once varas. Lo que no puedo dejar de señalar es la “superioridad” con que el columnista maneja y prejuzga la foto de la actriz y no sólo porque ella está muerta y él aún no, sino porque de alguna manera parece partir de la base de su ventaja intelectual y hasta la de Arthur Miller, con quien la actriz estuvo casada entre 1956 y el año de su asesinato o suicidio (1962). Es lo que las señoras de las piscinas, los ingenieros de caminos, Agamenón, su porquero, cualquiera, llamaría “presunción”, “vanidad”, “soberbia” o “arrogancia”.
La presunción y el cinismo son básicamente, a la par de vicios, como espejos deformantes a través de los cuales es posible cometer muchos errores y horrores. Aunque no estuvieran entre las lecturas preferidas de Marilyn Monroe Rainer Maria Rilke (***), William Faulkner  y John Steinbeck, que lo estaban, el hecho de que Manciewicz se extrañara de verla  leyendo en el rodaje de “Eva al desnudo” las Cartas a un joven poeta más de lo que se extrañaría de ver a Rilke mirando un almanaque de pin-ups, tiene su eco en la  altiva , exultante e insultante extrañeza del flamante Trapiello. Está claro que a Julio Camba nunca le darán el Premio Andrés Trapiello. Bueno, no sé, nunca se sabe.
He elegido para el post de hoy no una imagen del documental, que en cualquiera de sus fotogramas y registros sonoros es bellísimo, no una de las miles de fotos que nos quedan de la actriz, incluso las artísticas (Erwitt Eliott, Arnold Newmann, etc.) sino una de las fotos que le hizo André de Diennes a Norma J. Baker en los años cuarenta. El documental de Jeudy si no recuerdo mal lo vi el día de Navidad. El primer día que me acerqué al centro me metí en El Corte Inglés y me puse no “cinco gotas” (****) sino dos chorros de Chanel 5, perfume que por cierto fue lanzado en las Navidades de 1921 y que estaba inspirado en el “Bouquet” de Catalina la Grande. De gratis. Qué buena es la gente de El Corte Inglés, con varias botellas de Chanel 5 (parfum et eau de parfum) y 19 en la entrada. “Cojan, cojan”. ¿Qué diría James Joyce del fondo de bergamota e ilang-ilang de Chanel 5?
Si algo queda claro después de ver el documental de Jeudy es que el psicoanálisis no pudo hacer nada para desintegrar esa imagen que M.M. nos mostraba y tampoco pudo hacer nada para conseguirla integrar con el lenguaje, todo lo contrario.
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(*) ”Hollywood es el lugar en donde te pagarán mil dólares por un beso pero cincuenta centavos por tu alma”; “Los perros nunca me muerden, sólo las personas”; “Todo es por el dinero”.
(**) ‘Tengo ante mí, en grande, publicada a toda página por un periódico, una fotografía de Marilyn Monroe leyendo. El hecho no debería sorprendernos, pero el tono platino del pelo nos hace sospechar. La fotografía, a color, está tomada en 1955, un año antes de que se casara con Arthur Miller, intelectual. Nunca sabremos pues, si está leyendo ese libro porque fue con el que Miller quiso conquistarla o si se enamoró de ella justamente porque la sorprendió leyéndolo. En todo caso, el contraste del bañador de la actriz, más interesante que el libro, y éste, el Ulysses de Joyce, no es ni mucho menos lo más insólito de esta instantánea. Lo que resulta llamativo es que la actriz mantiene abierto el libro… Por las últimas páginas, dando a entender con ello que se ha leído todo lo anterior. En la foto, con más aspecto infantil que nunca, sin maquillarse y sin peinar, se ve a la joven (28 años) abismadísima en la lectura, tanto que mantiene los labios un poco abiertos, sugiriendo con ello que acaso era de esas personas que deletrean en silencio las mismas palabras entre las que los ojos avanzan dificultosamente como por una jungla’.

(***) The director Joseph Manciewicz saw the luscious young actress reading Rilke’s Letters to a Young Poet while she rehearsed the dumb blonde role in “All About Eve” and reflected that he would have been “less taken aback to come upon Herr Rilke studying a Marilyn Monroe nude calendar” (Marilyn: Protestant, Catholic and Jew).

(****) “When movie star Marilyn Monroe asked in 1953 what she wore at night, and famously replied, “Five drops of Nº 5” (Wikipedia).

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