21.2.09

Mi postura (1/2)


Vaslav Nijinsky, el primer bailarín entre los hombres que pudo danzar "en pointe"
*

djunto una octava entrega de relectura de textos de mi antigüedad, la referida a capitulito mío en una Guia en catalán (*) (**) que ya no se encuentra a la venta, el capítulo referente al Yoga. Ya integré en *A la flor del berro el capítulo sobre Ayurveda, la medicina tradicional e inmemorial de India. También he hecho alguna referencia menor en este lugar por ejemplo a la Postura del águila, por haber encontrado por aquel entonces una imagen humorística sobre una vaca practicando la postura de equilibrio llamada “postura del águila” o garudasana y a falta de no encontrar la foto recíproca, la de un águila practicando la postura de la cabeza de vaca o gomukhasana.

Como me ha ocurrido con otras relecturas de mis propios textos, subscribiría en su totalidad cuanto escribí sin apenas cambios. ¿Qué le voy a hacer? Para mí leer es releer y a veces he leído y releído a la vez un mismo libro de manera que he estado por el capítulo 10 y por el segundo, moviéndome como entre dos aguas, la de recibir una impresión por primera vez y la de repasar lo andado a la vista de lo que ya sé o creo saber. Por el contrario para mí escribir es escribir y así me va, que si reescribiera todo iría mucho mejor. La segunda y última condición de mi puño y letra y mi mecanografiado es que escribo de un tirón y como mucho cambio al final la posición de algún párrafo, alguna coma espúrea o las faltas. No hay más.

Mi pequeña contribución a la ingente producción sobre Yoga se refiere al yoga físico o hatha yoga, aunque sé que el yoga no se puede separar de la meditación de la misma manera que la meditación no se debe separar del yoga. Pero con esto ocurre como cuando le decimos a nuestros pequeños “los niños no se tocan la nariz”, frase con la que les indicamos que los niños no se deben tocar las narices, pero que –como todo el mundo sabe- todos los niños se tocan las narices y lo hacen además con fruición. Pues eso, el yoga es inseparable de la meditación y la meditación es inseparable del yoga, y todo ello está conectado con la ciencia de la vida o Ayurveda, que es la “medicina” tradicional de la India, que en este momento se imparte en más de 400 universidades de aquel país.

En el Yoga se hace realidad aquella chinoiserie de que los que hablan no saben y los que saben no hablan. Sri Ma Anandamayí nos ha dejado apenas 3 frases. Tampoco Jesús escribió (***). Por otra parte ocurre como en otros ámbitos. Verbi gratia, si le consultamos a un amigo informático sobre cuál es el ordenador personal que nos conviene comprar, o a un perito grafológico sobre el significado de una “a” con un óvalo demasiado picudo, probablemente sólo nos serán provechosos los tres primeros minutos de su explicación. Todo lo demás nos resultará inútil, abrumador y muy pesado. Lamentablemente a los buenos profesores y monitores de Yoga europeos, que los hay, en proporción directamente proporcional a su experiencia, se van añadiendo ristras de verbosidad que resultan desconcertantes. Y preocupantes. Sobre todo cuando se remiten al período anterior a las invasiones arias y a épocas dravídicas que remiten casi al Pleistoceno superior.
Después de que el Yoga en Occidente superara con bien las sospechas de tratarse de algo sectario o relacionado con las drogas alucinógenas y demás, ahora nos tenemos que ver con esta plaga de vendedores del elixir de la eterna juventud o de la autoayuda y el autoengaño. Para adentrarse en el aparato doctrinal y filosófico del Yoga no se necesita menos vigor que el necesario para iniciarse en los misterios y los dogmas de nuestros sistemas filosóficos y teosóficos. Y además puedo decir desde mi personal experiencia del Yoga (desde el año 1990), lo mismo que del Tai chi (desde el año 1995), que no aumentan la inteligencia de nadie. Lo prometo por la salud de mi canario. El Yoga, señoras y señores, no aumenta la inteligencia.

Otra cosa que hay que tener en cuenta es que asistimos ante una mitificación sorprendente de todo cuanto suena a chino o suena a sánscrito y va firmado por nombres exóticos que nos remiten a lo étnico y evita realidades sociales como las que trasmite un apelativo como “Mariano” o “Raúl”. La gran parte de las citas que se van difundiendo generalmente a través de los powerpoints, etc. tienen su equivalente por lo menos entre los autores cristianos y no ya entre los padres de la Iglesia como San Agustín, sino incluso en sus exégetas y en divulgadores del grueso más anónimo. Al lado de la pirotecnia lingüística de utilizar nombres de difícil retención memorística, también hay -como en otros campos- una especie de yoga exhibicionista y competitivo que no tiene nada que envidiarle a los bodybuilders y a otros obsesos del culto al cuerpo, la vigorexia y al propio ego.

El yoga no es algo externo, aunque lo que más nos llegue de él sean las posturicas y las medias vueltecicas y el contorsionismo de asanas de muy difícil realización y mantenimiento. El yoga es algo interno y hay asanas que puede realizar cualquiera y allí hasta donde llegue con igual beneficio que obtendría un yoguini perfeccionado e instalado en la ortodoxia y el ascetismo más radical.

En otro orden de cosas, por lo que respecta al yoga físico o hatha yoga, o ramas como el yoga integral, está claro que su mejor exposición es la práctica. De la misma forma que es muy estrambótico pretender escribir un tratado sobre cómo planchar (cosa que no descartamos en *A la flor del berro), y el mejor método para enseñar a planchar es coger una plancha y mostrar su manejo, el mejor método para enseñar los efectos y las técnicas del yoga es la práctica (sadhana).

Yo debo mi salud, e incluso diría que no haberla perdido, al agua, a la miel, al arroz y al yoga. Todo lo que no arregle con esos pilares de mi bienestar sé que será fatal. Por eso escribo un blog. El yoga me ha permitido conectar con mi respiración y me ha hecho cuidar mi cuerpo para hacerlo resistente, sensible, ligero, receptivo, atento. El yoga me ha permitido conocer mi naturaleza animal, humana y hasta divina y mi identidad con otras personas y con otros seres de este mundo.

Dejo aquí mi agradecimiento por los maestros de la tradición que la han ido trasmitiendo a lo largo de los siglos y por los monitores que he tenido a lo largo de mi insignificante vida: Julián Peragón, Miquel Gabarró, Cristina Matas y Maja Drnda.
*

Yoga

Vyâdhistyânasamshayapramâdâlasyâvirati
Bhrântidarshanâlabdhabhûmikatvânavasthitatvâni
Cittaviksepâste ‘ntavâyâh

“Hay nueve clases de interrupción del desarrollo
de la claridad mental: la enfermedad,
el estancamiento mental, las dudas, las ilusiones
sobre el verdadero estado de sí mismo,
la falta de perseverancia y la regresión.
Son obstáculos porque crean perturbaciones mentales y
refuerzan las distracciones”
Yoga-Sutra, Patañjali
*
Cosa de 3000 años


El yoga se ha popularizado enormemente en Occidente en los últimos cuarenta años pero proviene de la India y comenzó a practicarse hace unos 3000 años.
Los Upanishads son los textos más antiguos y data del 900 a. J.C. Hacia el 500 a. J.C. el buda Gautama practicaba las técnicas de meditación del Raja Yoga.
Los Yoga-Sutras de Patañjali están datados aproximadamente el 200 a. J.C. y se consideran el primer manual yóguico. El camino descrito por Patañjali se centra en ocho ramas: yamas y niyamas, que son cualidades o preceptos yóguicos, asanas o posturas para la salud, pranayama (control de la respiración), pratyahara (sincronía de sentidos y pensamientos), dhyana (meditación) y samadhi (despertar).


El Hatha Yoga es la última gran escuela de la época clásica y la que influyó en el mundo moderno. La gimnasia sueca y el método Pilates son hijos del Hatha Yoga.
En la actualidad hay varias escuelas, entre las cuales destacan la del Kundalini Yoga, que el yogui Bhajan comenzó a enseñar el siglo pasado en los años setenta, y el yoga desarrollado por B.K.S. Iyengar.

Algo más que relajación


La práctica del Yoga tiene uno de sus pilares en la respiración. La regulación de la respiración tranquiliza la mente y ayuda a la concentración. Además, permite llevar esta función fisiológica y energética a un rendimiento mayor.
El beneficio que se acostumbra a vincular a la práctica del Yoga es el control del estrés y la relajación. Sin embargo, si vamos más allá del tópico, podemos contemplar la evidencia de más beneficios: la concentración, la estabilidad, la alienación de la columna vertebral y la calidad postural, la flexibilidad y la agilidad.
La práctica continuada de los asanas permete advertir que aumenta la fuerza del cuerpo y se retrasa el envejecimiento, se mejoran las funciones digestivas, la circulación y la capacidad pulmonar.

Efectos de la práctica de los asanas


Los ciclos de postures y las posturas permeten perseguir efectos diversos ja sean estimulantes, relajantes, energetizantes o vigorizantes.
Los asanas afectan miembros y órganos concretos (las articulaciones, el hígado, los riñones, los intestinos o el corazón). Los estiramientos de las posturas producen efectos profundos en los órganos internos. El cuerpo se oxigena y se desintoxica.
Hay posturas contraindicadas en determinadas enfermedades, o bien durante el embarazo o la menstruación. Por este motivo es conveniente seguir las orientaciones de un experto y del médico. También es conveniente no autoproducirse lesiones por sobrecarga.

En general, sin poder entrar en detalles, podemos clasificar los efectos del yoga por el tipo de posturas:
·Las posturas en pie proporcionan vigor, eliminan tensiones, estimulan la digestión, regulan los riñones y atenuan el estreñimiento.
·Las posturas de estar sentados son sedantes, eliminan la fatiga y serenan. Otras propiedades de estas postures son que regulan la presión arterial y que ayudan al restablecimiento de los convalescientes.
·Las torsiones purifican, alivian el dolor de espalda y el mal de cabeza. También son efectivas contra la tensión de la zona del cuello y los trapecios. Influyen en los riñones y al mismo tiempo eliminan la pereza.
·Las posturas invertidas revitalizan todo el cuerpo y son descongestivas. Eliminan la pesadez de las piernas y las partes afectadas por la acción de la gravedad. Mejoran la circulación y la irrigación cerebral. Activan las glándulas pituitaria, tiroides y paratiroides. Las posturas invertidas están contraindicadas en los hipertensos y durante la menstruación.
·Las posturas de equilibrio proporcionan agilidad y fuerza. Hace que desarrollemos el tono muscular y nos hacen mejorar la conciencia corporal, la coordinación y la concentración.
·Las flexiones hacia atrás son rejuvenecedoras y nos llenan de energía y de ánimo. Sirven para combatir la depresión. Aumentan la flexibilidad de la espalda y refuerzan brazos y espalda.
·Los saltos proporcionan energía, estimulan la ligereza y la alegria, la alerta y el vigor. 


(*) Domínguez Senra MR, Pous MT. Guia pràctica de medicines i teràpies alternatives. Barcelona: Ed. Mina, 2006.
(**) El post previo, en catalán, incluye una fotografía del "chin mudra", gesto que se relaciona con la postura del loto y que es un gesto que imprime concentración, quietud, presencia y entrega. Los dos dedos pulgar e índice se unen por sus extremos de manera que quedan conectadas, respectivamente, fisiológicamente, las funciones de los riñones y de los pulmones derechos e izquierdos.
(***) En realidad escribió algo, con el dedo, sobre el polvo del Templo de los fariseos, cuando acusaban a María de Magdala, la magdalena. Juan 8, 1-11: "Esto lo decían para tentarle, para tener de qué acusarle. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra". No sé sabe qué escribió.

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