27.5.09

Campo a traviesa


Hace unos años, cuando ir a Galicia me representaba “atravesar España”, me resultaba emocionante ver los campos en el esplendor del estío. Atravesaba el desierto de los Monegros, cuyo bosque ya dijimos que yace en el fondo del Canal de la Mancha, bajo la forma de la sumergida y vencida Armada Invencible. Ahora tiene brotes verdes. Atravesaba después los campos de trigo de Castilla, ahora muy sembrada de girasoles subvencionados, y luego atravesaba los castañares de Lugo y los campos de maíz o de centeno de Orense y La Coruña, muchos de ellos ya totalmente abandonados y criando malvas o reforestados por desgarbados eucaliptos. Pienso que es cierto lo que se dice de que donde hay eucaliptos no crece nada más. De ahí su parecido con algunas "especies" sociales. No digo que los girasoles no tengan derecho a estar en los campos o que habría que devolver los eucaliptos a Australia, pero los campos repletos de trigo movido por el viento son una imagen difícilmente superable hasta por el mismísimo océano o un cielo estrellado en toda su majestad.
Esos campos, donde en estas alturas del año ya no brotan las amapolas, porque ya lo hicieron, me sugieren además un alimento y no biocombustible. Es curiosa precisamente la relación que existe entre el pan y la cerveza: “El hombre domesticó los cereales entre el 10.000 a. C. y el 6.000 a. C. en la zona de Mesopotamia. Es entonces bastante probable que tanto el pan como la cerveza fuesen descubiertas al mismo tiempo (véase: Historia del pan). Sólo es una cuestión de proporciones: si se ponía más harina que agua y se dejaba fermentar, se obtenía pan; si se invertía la proporción poniendo más agua que harina y se dejaba fermentar, se conseguía cerveza.”

Siguiendo con los cereales, en la última edición de los World Whiskies Awards 2009 se declararon los siguientes premios:
World’s best whisky liqueur: Wild Turkey American Honey
World’s best grain whisky: Compass Box Hedonism
World’s best new release: Highland Park 40 years old
World’s best blended malt whisky: Taketsuru 21 years old
World’s best blended whisky: Hanky Bannister 40 years old
World’s best american whiskey: Thomas H.Handy rye
World’s best single malt whisky: Highland Park 21 years old
El año pasado se llevó el premio al mejor güisqui de la modalidad “single malt” (malteado en una sola fermentación) un güisqui japonés, el Yoichi de 20 años. Yo tengo pero que mucha devoción por el Lagavulin Single Malt, que la Wikipedia describe así:
“Lagavoulin Single Malt es un güisqui escocés malteado en una sola fermentación producido en Lagavulin, en la isla de Islay. Tiene un potente aroma de humo de hulla. Se caracteriza por su redondez, equilibrio y suavidad, que deja una ligera dulzura en el paladar. El Lagavulin malteado en una sola fermentación estandar es el de 16 años (43%), aunque regularmente se pone a la venta una variedad de 12 años no diluido madurado en barril de vino Pedro Ximénez, la Distiller’s Edition, que tiene dos variantes de 25 y 30 años […] El nombre de Lagavulin es una anglofonización del gaélico lag a’mhuilin, que significa “hueco (cerca) del molino” (*)
Nunca me he comprado para mí ninguna botella, pero sí lo he bebido en dosis casi homeopáticas. He regalado algunas botellas de Lagavulin y además lo he recomendado vivamente siempre que he podido, haciendo un proselitismo que de momento no me ha traído ningún problema, a no ser el de introducir a un gusto que discapacita para seguir bebiendo otros brebajes. Luego de probar Lagavulin otros güisquis parecen lavavajillas Mistol. Lagavulin es sencillamente una maravilla e invoca el nombre gaélico, “agua de vida” o el que creo que recibió de los indios norteamericanos, “agua de fuego”, a quienes tanto perjudicó y en parte deliberadamente.
Este mundo anda algo desalmado, desnortado y predispuesto a satisfacer perentoriamente sus cortos anhelos de belleza, poder y plenitud con alguna presentación de powerpoint con tigres, jirafas, deshielos y osos, o un viajecito de vez en cuando. No hace nada que acabo de ver en Internet vuelos baratísimos a Madrid (9 € ida y vuelta el día de San Juan, cuando en Barcelona es festivo) y a París –aunque fueran desde Gerona- que me hacen pensar en una trivialización de la aventura y en lo que le supone a la naturaleza un vuelo low cost para pasar solamente un día a 500 o a 3.000 kilómetros de nuestra ciudad. Tal vez para ver la exposición de Sorolla en Madrid, tal vez para tomar un café por 7 € en una terraza de Champs Elysées. No puede ser que cueste (o que valga) tanto un vuelo Gerona-Madrid-Gerona como una caffe noir en París. O sí que puede ser, pero no debería ser así. De todas maneras, esto de los precios es pura especulación. Y si no que le pregunten a los supermercados Mercadona, el principal comprador de aceite en España.

(*) “Lagavulin Single Malt is a single malt Scotch whisky produced at Lagavulin on the island of Islay. It has a powerful, peat-smoke aroma. It is described as being robustly full-bodied, well balanced, and smooth, with a slight sweetness on the palate. The standard Lagavulin single malt is 16 years old (43%), though they regularly release a 12-year-old cask strength variety, Distiller's edition, finished in Pedro Ximénez casks, as well as 25- and 30-year-old varieties […] The name of Lagavulin is an anglicization of the Gaelic lag a'mhuilin, meaning "hollow by the mill”.

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