"Quiero terminar con un sarcasmo que considero de máxima importancia a la hora de valorar la otra instrumentalización de la música. ¿Saben ustedes que cada vez que se interpreta en público el Himno a la Alegría beethoveniano extraído de su Novena sinfonía, ese mismo que canta a la libertad y a la hermandad entre los hombres, y que ha sido adoptado como emblema de la Unión Europea, hay que pagarle los derechos de reproducción a los herederos de un ex nazi? El Himno a la Alegría de Beethoven fue adaptado y registrado legalmente por Herbert von Karajan, militante voluntario del partido nazi desde 1939 hasta 1945. La Unión Europea aceptó por contrato que se considerara como obra de Karajan y no de Beethoven. ¡Y luego dicen que el destino no le fue aciago al sordo de Bonn!" ("Fidelio, el hijo más querido", de Gregorio Morán en "La Vanguardia" del sábado 22 de mayo).