27.8.09

Saudade (1). Lost in traslation

Clavijero de guitarra portuguesa

¿Quién me manda a mí meterme en camisa de once varas y ni más ni menos pretender aproximarme a un tema que me inspira tanto interés como escrúpulos. A veces en *ALFB tenemos muy claro el contenido de la entrada y el entramado enciclopédico de su composición global local, pero no está tan claro el título. Era el caso de Aembolo. El post de hoy es uno de los pocos ejemplos en que tendríamos más claro el título que cualquier otra cosa: "Saudade". Como de costumbre, encima solo voy a tratar algunos puntos que reclaman mi atención, que no tienen por qué ser precisamente los puntos más fuertes.
Uno es el de recordar que la saudade es uno de los false friends que hay entre el español (*) y el portugués, como lo es la palabra "espantoso", que en portugués puede significar todo lo contrario de lo que significa en español. De manera que cuando los hispanohablantes y los portugueses hablamos debemos tener en cuenta que nuestra soledad se corresponde con su solidão, mientras que la saudade portuguesa no tiene traducción y si acaso como mucho tendría relación con la nostalgia (port. nostálgia) y con la melancolía, pero se admite como una de las palabras de nuestro mundo, repito, que no tiene traducción o cuya traducción es muy difícil.
El desconocimiento más elemental del portugués es algo muy común en nuestro país. Quitando la llamada Raya y en general las fronteras lusoespañolas, el contacto es anecdótico. Con el mercado único europeo compartimos etiquetaje y así tenemos en nuestras mesas productos que por un lado muestran el envase en portugués ("leite meio gordo") y por otro muestran la versión española ("leche desnatada"). A lo tonto a lo tonto, quieras que no vas adquiriendo un vocabulario y se dirá que como método de aprendizaje no es el Timesmón ("Time is money"), aquel método de Félix de la Fuente Marquínez (1962) para aprender fácilmente 7 idiomas (inglés, francés, español, alemán, japonés, latín y griego). Pero, vaya, entre lo que aprendemos con los futbolistas de Portugal y Brasil, lo bien que se nos dan los idiomas a los españoles, y con saberse "Garota de Ipanema", se puede ir con toda la razón por el mundo abajo y pisando fuerte. Hasta nos sobra razón.
Es muy excepcional encontrar por estas latitudes quien aparte de Pessoa, Saramago (ese plasta necrófilo), Jorge Amado y últimamente Lobo Antunes, pueda dar cuenta de algún escritor lusófono. Los aficionados al cine de autor conocen a Manoel de Oliveira, tan longevo. Por cierto, que el cineasta en su pelicula Um filme falado (2003) consigue reunir en una cena del crucero por el Mediterráneo a John Malkovitch hablando inglés, Irene Papas griego, Stefania Sandrelli italiano, Catherine Denueve francés y pasar de largo por Ceuta, como toda referencia a nuestro país. Se dirá que no tiene nada de particular que John Malkovitch hable inglés, Irene Papas griego, etc., pero es que lo que ocurre es que lo hablan todo a la vez. Cada uno lo suyo, por supuesto. Que Manoel de Oliveira pasara de largo la parte de la península que habitamos y nuestra lengua no se puede tomar como un ultraje, pero sí como un desaire seguramente que bien merecido. Como, siguiendo con la literatura, el conocimiento que tenemos de las letras francesas es notablemente mayor en la misma generación que tomo como punto de referencia (la mía), he de pensar que no se trata de una tendencia, sino que muestra una cierta negligencia cultural y nuestras monomanías.
Al lado de este factor, y sin perderlo de vista, ya sabemos que de la misma manera que para el etiquetaje y para los chistes ("había un alemán, un francés, un italiano y un español"), hay un área peninsular, latina o hasta según y como de influencia árabe o mora o no. De tal modo, se nos podrá asimilar a los vecinos portugueses con los mismos o parecidos efectos supongo que tiene confundir chinos y japoneses o japoneses y chinos. Tengo la sensación, sin embargo, de que alguna particularidad hay que nos caracteriza e incluso entre los portugueses hay como ocurre entre nosotros distintos pueblos o cuando menos diferencias territoriales, económicas, etc. Igual que hay personas que no saben distinguir un chino de un japonés, yo no sé distinguir una guitarra lisboeta de una guitarra conimbricense. Aún.
Ando menos interesada en la unidad que en la igualdad, y en realidad me temo que ese punto (la igualdad es más interesante a la hora de determinar el futuro de un país y si tiene futuro). Me desvío hacia el resbaladizo o a veces estropajoso tema del nacionalismo puesto que el nacionalismo, los nacionalismos, cultivan la diferencia. Tanto, que paradójicamente no hay nada que se le parezca tanto a un nacionalista como otro nacionalista. Para mi sorpresa, mientras profundizaba en mi ignorancia propia y en la ajena, documentándome sobre la saudade, advertí que hay una saudade nacionalista o que hay nacionalistas que han querido o quieren apropiarse la saudade, adoptarla como una seña de identidad. No sé como no se me había ocurrido que algo así no podía ocurrir. Claro, claro. Puede ocurrir y ocurre, aunque desconozco su incidencia y deliberadamente abandono de puntillas esa pista.
Para acabar, no podemos dejar de tomar en consideración dos canciones brasileñas y una caboverdiana. Primero Chega de saudade ("Basta de nostalgia") (1958), cuyo primer registro fonográfico se considera el principio de la bossa nova, y que es toda una declaración de principios respecto al mal de amores y la añoranza. La segunda canción es "Cedotardar", de Tom Zé, el autor de , o cualquiera de sus arrastão que distorsionan todo el venerable patrimonio lírico medieval y el Cancioneiro da Ajuda con la síncopa y el monosilabismo más primitivo y sandunguero añadidos. De todas maneras, no creo que Carolina Michaëlis de Vasconcelos se rasgase las vestiduras con el reciclaje postcolonial de Don Denis, Martín o Martim Codax e tutti quanti, la patrística de la saudade. La canción que propongo para situar el tema (¡con la cantidad de fados a los que podía haber recurrido!) es de Cesária Évora, Sodade, y no Un canto a Galicia de Julio Iglesias. He elegido la versión que cantó la cantante africana con la griega Elephteria Arvanitaki y no la que cantó con la polaca Dorota Miśkiewicz, que también es para mojar pan.
Me encanta Sodade, porque ahí se demuestra como la cadera tiene razones que la razón no entiende y pone en cierto entredicho toda el aparato mitológico que organizó X. Rof Carballo en torno a la niebla-brétema, el color verde y sus tonos, el horizonte indefinido, el alejamiento del terruño, la añoranza y la lenición celta en Mito e realidade da terra nai. Y es que Cabo Verde, hace siglos que no es verde y allí nunca llueve, y -como dice la Wikipedia- hay una cantidad de agua "despreciable", pero que supongo que será "inapreciable". Nunca llueve como en el sur de California.
En esta primera parte de la entrada enciclopédica sobre la saudade estoy "despejando" la incógnita, como si llevara todos los elementos que no son la X a un lado de la ecuación. Y sin embargo, podría parecer que me está pasando lo de los del sexo tántrico, que cuando introducen el tema explican todo lo que no es pero no llegan a decir nunca qué es y al final consiguen despertar menos interés que fastidio. No, yo es que no tengo prisa (que es lo que tiene no vivir bajo la presión del éxito). Es más, quisiera contar para la parte segunda con sugerencias y críticas, con una relectura de ¿A qué llamamos España? de Pedro Laín Entralgo, y con la lectura de los libros sobre la saudade de Carolina Michaëlis (¿1914?) y de Ramón Piñeiro. El de Ramón Piñeiro se ha reeditado recientemente, porque por fortuna fue el homenajeado en el Día das Letras Galegas de 2009 y se ha reeditado su Filosofía da saudade (Buenos Aires, 1961; Vigo, 1984). Como tengo la Galería Sargadelos de vacaciones y la Biblioteca de Catalunya tiene excluída de préstamo la primera edición argentina, de la que conserva dos ejemplares, tendré que esperar.
Quem mostra' bo
Ess caminho longe?
Quem mostra' bo
Ess caminho longe?
Ess caminho
Pa São Tomé
Sodade sodade
Sodade
Dess nha terra Sao Nicolau
Si bô 'screvê' me
'M ta 'screvê be
Si bô 'squecê me
'M ta 'squecê be
Até dia
Qui bô voltà
Sodade sodade
Sodade
Dess nha terra Sao Nicolau

(*) Me veo en la obligación de aclarar una vez más -y lo haré cuantas veces sea necesario, sin cejar- que servidora utiliza el término "español" para referirse a uno de los idiomas oficiales de España en su registro más contemporáneo y estándar (lo que el profesor Agustín García Calvo llamó espofcont o español oficial contemporáneo), mientras que reservo el uso del término "castellano" para el sustrato histórico del espofcont y para el dialecto que se habla en las comunidades castellanas. En ningún caso considero tener competencia lingüística en castellano sino en todo caso en español.

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