12.8.11

Yo, tú, él

"Un país que cierra ambulatorios no debería derrochar 30 millones de euros en recibir a ningún líder espiritual. Copia esto en tu muro y difundamos el derroche institucional" (Facebook) 
"Según ha hecho notar el diario ‘AS’, desde que Guardiola se hizo cargo del primer equipo, los azulgrana se han gastado 311 millones de euros. Si finalmente llega Cesc, la cifra subirá a los 350, lo que supone un gasto de 86 ‘kilos’ por temporada." (madrid-barcelona.com)

Con "yo, tú, él" lejos de referirme a un posible triángulo amoroso repaso los pronombres personales. El verano para mí siempre fue una buena época para repasar, sea la gramática que aparentemente  nos sabemos, como algún librito de historia o cualquier cosa facilona. Siempre se aprende algo aunque, repito, aparentemente nos lo sepamos más o menos bien.
Vengo del Facebook, donde a pesar de todo algunas veces voy, y me he encontrado un "copia en tu muro" de los que de forma recurrente aparecen estos días con motivo de la visita de Benedicto XVI por la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Ese post no es de los que insultan, porque los hay, pero sí que cae en un desafío argumental ante el cual me he atrevido a contestar con la primera noticia que me he encontrado. Cualquiera hubiera servido. Habría que añadir que no se están cerrando ambulatorios, sino algunos servicios, y que la relación entre el ajuste o recorte brutal en la Sanidad Pública no tiene ni mucho ni poco que ver con la visita del Papa. Diré si acaso que en mi mirada decisiva he recortado la noticia de otro "líder espiritual" cuyo talento sí es aceptado por algunas personas (Pep Guardiola) y que he querido señalar algo que que yo sepa no beneficia a nadie más que al propio Barça, sus fichajes. 
Cualquiera que vaya estos días al centro de Barcelona podrá ver que hay muchos grupos de jóvenes que acabarán o seguirán en Madrid el lunes, como si en su viaje al JMJ hubieran aprovechado para visitar mi ciudad u otras. Además al parecer más de la mitad del coste de la visita de Benedicto XVI es financiada por las inscripciones. Y además los que acudirán para el acontecimiento también van a dejar algún beneficio ni que sea en el Metro y en las cafeterías. Las medidas de seguridad que habrá que tomar o que seguramente ya se habrán tomado me temo que no serán como las del dispositivo que se ha tenido que levantar en Londres y otras ciudades inglesas por los actos vandálicos de otra clase de adolescentes y jóvenes. También calculo que los daños que puedan ocasionar los visitantes serán en el peor de los casos, comparados con los de los ingleses, de risa. Tal vez a alguna chica se le caerá una figurita en "El Corte Inglés", pero no se esperan daños mayores.

Centro de Múnich
Como me encontrado entre la gente de la Iglesia gente malísima, pero mala de verdad, lo mismo que la hay entre los budistas y los aparejadores, no voy a entrar en el terreno de las simpatías y el "yo, tú, él". Sin embargo, no deja de sorprenderme el encono de algunas, muchas, personas hacia la Iglesia Católica y sus miembros, seculares o clericales. Hay entre sus odiadores gente insensible a los desmanes de los grandes clubes futbolísticos y esa danza macabra de 11 millonarios dando patadas a una pelota. Hay entre los odiadores gente que es incapaz de percibir los anquilosamientos de la Universidad, otra anciana institución incapaz de cambiar, endogámica, monopolista, que funciona a dedo y politiqueramente y que muchas veces sí se financia con fondos públicos.
También se recrimina constantemente al Vaticano que tenga una Capilla Sixtina con el hambre y también la sed que hay en el mundo, pero se ignora la función que ha tenido y tiene la Iglesia y sus diócesis en mitigar la pobreza y las enfermedades. El año pasado Caritas Diocesana de Barcelona ingresó más de 23 millones de euros que en un 72% provenían de donantes particulares y de los cuales solo un 8% se perdió en en gastos de administración. Como llevo 28 años trabajando en la Sanidad estoy en condiciones de afirmar que la visita del Papa no tiene pero que nada que ver con el supuesto "cierre" de ambulatorios, asunto que por otra parte está totalmente transferido a las respectivas comunidades autónomas.
Siguiendo con los pronombres personales nos tendremos que acordar de aquella inteligente apreciación que ahora no sé si la hizo el poeta Pedro Salinas o si la hizo el filólogo Agustín García Calvo, de que los pronombres personales eran palabras de poco fiar, o algo así, porque significaban una cosa u otra dependiendo de quien las dijera. Así si yo digo "yo" quiere decir una cosa, pero si lo dice "él" "yo" quiere decir otra, que viene siendo "él" otra vez. Por eso supongo que hay quien emplea con los niños pequeños la tercera persona del singular para referirse al lugar que ocupan en el mundo, que es poco más o menos que el trato que se les da a los autarcas y el de algunas divas y folclóricas cuando se refieren a sí mismas para recordar o prever sus debuts, su vida, sus éxitos. También solemos referirnos con la tercera persona del singular al enemigo indefinido, al otro, a lo que no aceptamos.
Supe el otro día que la prima del peluquero de la vecina de mi madre se apuntó a un circuito turístico por Alemania, esos que a veces empiezan o acaban como el rosario de la aurora. Inopinadamente el guía que los llevaba por todo el recorrido los abandonó sin dar ninguna explicación horas después de llegar a Berlín, un día y medio antes para que acabara el circuito para una parte del grupo y 4 antes para otra parte, que seguían ruta a Múnich. Algunas personas creyeron al principio que lo que había pasado es que el guía se habría ido de picos pardos aprovechando la tarde libre, y que reaparecería. Pero no fue así. De manera que el grupo tuvo que añadirse a otro que circulaba aquellos días con el mismo mayorista y el mismo itinerario. La huida del guía fue motivo de mucha conversación en el grupo, como no lo hubiera sido ninguna otra dificultad ni hecho. Eso animó mucho el viaje y lo hizo más entretenido si cabe. Lo mejor del caso es que el guía en cuestión (cuando no es verano) es  habitualmente un actor de Telecinco y bastante conocido, por cierto, porque al parecer ha participado en series como "Bea la fea" y "Aquí no hay quien viva" o en películas como "Perdona bonita pero Lucas me quería a mí". "Yo" nunca veo Telecinco pero me puedo imaginar que "él" se sintió bastante raro en un trabajo para el que en realidad no estaría preparado. Otra cosa, está claro, es que hubo un incumplimiento de contrato, pero lo que ahora me trajo hasta aquí es la cantidad de veces que hemos sentido que no estábamos en el sitio adecuado o con una gente con la que no quisiéramos estar más que un ratito.
El desgaste inútil que a veces supone buscar el sitio en el que podemos estar a gusto a veces se ve compensado por el desgaste fructífero que supone intentar estar bien en un lugar que no nos gusta. Otras no, pero la cuestión es no molestar.

"Yo, tú, él" está amparado bajo una licencia SafeCreative #1108129850830