18.10.11

Flora y fauna (1)

A Araceli P.R., Carmen C.M., Maite H.S. y Rosa Mª F. J.
A Sergio D.S.


El pasado viernes tuvimos una cena de cincuentonas o cincuentañeras. Si decimos quinceañeras, ¿por qué no diremos también cincuentañeras? Durante la cena, y no precisamente porque me aburriera, hice 5 vídeos. El más largo tiene una duración de 6:25 minutos y está en Youtube pero su acceso es privado por la sencilla razón de que hay alguna mención a terceros y porque es una escena privada y porque, por si fuera poco, no deseo dar pistas sobre que es lo que en realidad hablan las amigas cuando están solas y sin las estrecheces o miramientos de tener que aparentar lo que se es y lo que no se es. Digamos que es nuestro espacio "terapéutico", nos reímos un montón y no hacemos daño a nadie o al menos no queremos hacerlo. Este tema nos llevaría muy lejos y no es el tema de hoy, a pesar de lo que podría desprenderse del título. Antes de tratar ese tema habrá que despejar otro, el de si se tienen amigos o si no, si lo que se tienen son amiguismos y la amistad se emplea clientelarmente o con fines gregarios y/o de mafioseo. Vamos por el post número 721 y por lo tanto es demasiado pronto para hablar de amistad.
El tema de hoy, para ir situando la cosa, es el de la falsedad, la falsificación, adulteraciones, fraudes y demás engaños de la vista. Ya decía San Agustín, que no nos podemos fiar de lo que percibimos por los ojos. El vídeo de las chicas de oro tal vez lo abriré al público pero despojándolo de la pista de voz e incorporando algún subtítulo que despiste y una pista de música que puede ser muy bien del disco de los pitufos de Navidad o cualquier cosa por el estilo. Las allí presentes y no de cuerpo presente en la cena ya sabemos de qué hablamos y los gestos -algunos de ellos muy mnemotécnicos- servirán para recordárnoslo, pero nadie más que no sepa leer en los labios, podrá extraer lo que se dijo. Y aún así, ésta que no sale en todo el vídeo y sí participó con alguna frase que otra, quedará totalmente eclipsada por las que chuparon más cámara, que fueron dos.  Y mis palabras se perderán no solo en la noche de los tiempos sino también en el fondo del mar y bajo todos los palios de las luces crepusculares.
Ya sé que no hace nada que recordé esa ley estadounidense que está por salir y que parece que se ha de llamar "Ley de la autoestima", que se propone acabar con el abuso del Photoshop. Pues lo mío no llega a ser ni un pixelado grueso para enmascarar la identidad de las participantes. Y lo de añadir unos subtítulos que despisten más que un arreglo es un intento de sublimar sanamente y por diversión las miserias de la vida común y corriente. Todo esto, siguiendo en clave de humor, es después de haber considerado que mis Amigas no están en condiciones de ser chantajeadas. O, por decirlo mejor, para lo que les iba a sacar no vale la pena.
Yendo de una cosa a la otra, para no variar variando, se diría que en la historia del arte  tenemos un montón no ya de falsificaciones y astrakanadas sino que se cuentan por centenares o por miles las muestras de censura timorata. Uno de los artículos más ejemplar de la Wikipedia es no en vano el del desnudo como género artístico. El inglés hace la distinción entre naked y nude, utilizando la primera palabra para la acepción del desnudo "natural" y la segunda para el "artístico", que supongo que no tiene porqué ser "estético". Se suele poner de ejemplo o de modelo de desnudo "antiestético" el cuadro de "Los amantes muertos"; el díptico de "El enano Morgante con un búho en el hombro" de Agnolo Bronzino (que tiene lo que parece un pájaro invertido y no un búho sobre su miembro en el lienzo de cara) también se suele incluir en el grupo de los antiaesthetic nudes, pero a mí me parece muy bonito. El recurso de la hoja de parra para tapar las partes pudendas está muy bien documentado (*).
Tiziano usa hojas de higuera y no de parra para cubrir a Adán, como se dice en el libro del Génesis (3:7), y la higuera ya sabemos que es un árbol que hasta donde yo recuerdo está 3 veces en la Biblia y siempre en un papel no muy honorable, como el que sí tienen la vid o el olivo.  Cuestión que nos lleva al clavel de Joos Van Cleve y nuestro ínclito Museo Thyssen-Bornemisza. Eso que creo que he leído en el portal de la Baronesa de que el clavel era un símbolo nupcial no me acaba de cuadrar porque hay otro cuadro del mismo Van Cleve, el retrato de Maximiliano I de Habsburgo con un clavel de 1508 y el de 1530 también con un clavel. Maximiliano I se murió el año 1519 y para el año 1508 se había casado 3 veces, así que no entiendo nada. El retrato que le hizo Durero lo representa con una granada muy insinuante y una capa de martas cibelinas horrible. Es repugnante.
Passiflora incarnata (Foto: Oliver P. Quillia, CC
Una Virgen con el niño que está en Cincinnati lleva en su mano derecha un clavel del que parece surgir una flor de la pasión o pasionaria. Por cierto, aunque los del rincón del vago dirán que el fruto de la pasión o maracuyá tiene propiedades afrodisíacas y de ahí le viene el nombre, no es así. El nombre viene de los primeros misioneros españoles que fueron a América, ya que en la pasionaria creyeron ver varios símbolos de la Pasión de Cristo, entendida aquí la "pasión" como pathos, "sufrimiento": los tres pistilos representaban tanto los clavos de la cruz como el Misterio trinitario,  los cinco estambres representaban los cinco estigmas, etcétera. Lo que ocurre, volviendo al cuadrito de Cincinnati, es que Joos Van Cleve no pudo haber pintado esa pasionaria porque no la podía conocer. Hay una interesante explicación en internet para quien quiera ahondar en esta cuestion. El artículo explica que además se han hecho pruebas periciales que demuestran que la flor de la pasión fue pintada posteriormente, en cualquier caso. Y se piensa que fue pintada por otra mano, cosa que yo estoy más que dispuesta a creer porque a poco que nos detengamos a pensar nos dominará la sensación de que esa flor es un retoque e incluso añadiría que de muy mal gusto puesto que insinuar en un cuadro donde está Jesús de niño su crucifixión ya es ser retorcidos.


Joos Van Cleve, ca. 1519




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(*) "Tras el Concilio [de Trento], el catolicismo contrarreformista censuró la desnudez. Un claro ejemplo es la orden del papa Paulo IV en 1559 a Daniele da Volterra de cubrir con ropas las partes íntimas de las figuras del Juicio Final de la Capilla Sixtina realizadas poco antes por Miguel Ángel —por esta acción Volterra fue llamado desde entonces il Braghettone, «el calzones»—. Poco después, otro papa, Pío V, encomendó la misma tarea a Girolamo da Fano, y no contento con esto Clemente VIII tenía deseos de eliminar por completo la pintura, aunque, por fortuna, fue disuadido por la Accademia di San Luca. Desde entonces, la Iglesia católica se encargó con esmero de cubrir las desnudeces de numerosas obras de arte, bien con telas o con la famosa hoja de parra, la planta con la que Adán y Eva se taparon después del pecado original. Otro ejemplo de rechazo del desnudo en el arte fue con la famosa estatua de David de Miguel Ángel, que al ser colocada en la Piazza della Signoria de Florencia fue apedreada por el público que presenciaba la escena, aunque con el tiempo se acostumbraron a su presencia e incluso se ganó el afecto de los florentinos.
En España, defensora a ultranza de la Contrarreforma, la Inquisición fue la encargada de velar por la decencia y el decoro en el arte, designando inspectores para supervisar el cumplimiento de los decretos conciliares en el arte, como el suegro de Velázquez, el pintor sevillano Francisco Pacheco. En 1632 se publicó a instancias del duque de Braganza un documento titulado Copia de los pareceres de los ilustres catedráticos de las universidades de Salamanca y Alcalá de Henares, acerca de si es pecado mortal hacer pinturas deshonestas, y exhibirlas, donde se expresaba la común opinión de la época —sobre todo en ámbitos eclesiásticos— de la inmoralidad de la representación del desnudo. Esta opinión generalizada explica el pequeño número de obras de desnudo producido en el arte renacentista y barroco español. Tiziano, por ejemplo, consciente del puritanismo de la corte española, cubrió con ramas de higuera los cuerpos desnudos de Adán y Eva antes de enviar el cuadro a Felipe II en 1571". (Wikipedia)
Detalle de la Virgen con el niño de Joos Van Cleve (Cincinnati  Museum)

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