17.10.11

Reflectores y reflexiones

Sigo con la serie iniciada en "Violencia y violines". Por mucho que se diga que la Fuente Mágica de Montjuïc de la Exposición de 1929, diseñada por Carles Buigas, fue "restaurada" con motivo de los Juegos Olímpicos de 1992, yo recuerdo no diré que perfectamente que al equipo que se propuso ponerla a punto, revisarla y hasta introducir mejoras, le fue imposible. Pero no porque su estado fuera comprometido, sino todo lo contrario. Era imposible mejorar el trabajo de Buigas. Y lo sigue siendo, supongo, aunque en los 80 se introdujo la música que creo que ahora ha derivado del vals al chill-out y el new-age a lo Cirque du Soleil. Y supongo que no falta Queen y Montserrat Caballé.
También se suele decir que las luces que en fechas especiales coronan como un amanecer hawaiano o una aurora boreal el Palau Nacional se usaron como reflectores antiaéreos durante la Guerra Civil. Hay quien dice que no fue así, que nunca se usaron con fines militares, y sin embargo encuentro una pequeña crónica en el ABC del 27 de julio de 1937 la titulada "Uno de los aviones llega a Cornellá", donde queda patente su uso:


Ayer tuve la oportunidad de verlos en lo alto de la sala oval del Palau, hoy Museu d'Art de Catalunya, porque una visita guiada de la historia del edificio, tenía uno de los puntos de la ruta en el terrado. A mí, como a las palomas, me gustan mucho los terrados y los tejados. La vista no es mejor que la panorámica que se puede ver desde la entrada principal y verdaderamente se diría que esa panorámica es una de las mejores de Barcelona.
La verdad, yo diría que nos acostumbramos a esos focos potentísimos y sobre todo desde que ya no sirven para delatar la presencia de bombarderos, pero también diría que les pasa un poco como a las luces que le ponen a la Encarnación en mi parroquia, que parece un flipper o un pinball de los de antes. Luego, el edificio, de ese estilo llamado Mozart pero que es un batiburrillo de los órdenes clásicos, el Renacimiento y un pastel nupcial, no da para más, y menos si lo comparamos con otro de la misma época, el Pabellón alemán que hizo Mies Van der Rohe para la misma Exposición de 1929. De su famosa silla Barcelona MR90 con su otomana ya hablamos aquí. Cómoda y bonita es, muy Bauhaus, pero cuesta Dios y ayuda levantarse.


Dos de los reflectores antiaéreos del Palau Nacional (Montjuïc)

Ya que incluyo hoy en el Álbum una noticia del año 1937 les ofrezco una foto del mismo año de mi madre con su hermano José María. Está un poco dolida y de morros porque no se quería sentar en esa especie de caramelo o cojín sobre la que la sentaron, porque igual que unas somos como palomas otras son como tortugas. Nuestro gran teórico de la violencia, Stéphane Hessel, uno de los abuelos cebolleta que tenemos a punta de pala, seguramente hubiera aprobado un bombardeo en tierras coruñesas, porque total... como ya eran del bando opuesto...  Unas cuantas bombas y arreglado ¡Para que luego digan de los neocones!

Corona y José María Senra Marcote (1937)
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