18.1.12

Del Báltico a Giglio

"El Cap Arcona fue un crucero oceánico de lujo alemán perteneciente a la línea Hamburgo–Sudamérica. Fue hundido al final de la Segunda Guerra Mundial, el 3 de mayo de 1945, en la bahía de Lübeck y en su interior perdieron la vida 4.500 de prisioneros de los campo de concentración de Neuengamme y Stutthof. [...] La tragedia, ignorada aún hoy en día por el mundo, fue provocada a propósito por fuerzas de las SS en el ocaso del nazismo, censurada por los ingleses y franceses, y constituye una de las mayores tragedias marítimas de la historia alemana y del mundo, junto al Wilhelm Gustloff, el SS General von Steuben y del MS Goya, ocurridos en el mismo escenario bélico con solo meses de diferencia." (Cap Arcona, Wikipedia)

"El hundimiento del transatlántico alemán Wilhelm Gustloff es considerada la mayor de las tragedias navales de todos los tiempos, a la que siguen el del Cap Arcona y del Goya, los tres ocurridos en el mismo escenario. Fue provocado por un submarino de la armada soviética en el contexto de la Operación Aníbal, durante la Segunda Guerra Mundial. El barco, un antiguo buque de recreo, había sido reconvertido en un buque militar de transporte y se encontraba evacuando en esos momentos a 1.656 militares y 8.956 civiles. El resultado de su hundimiento fue la muerte de 9.343 hombres, mujeres y niños" (Hundimiento del Wilhelm Gustloff, Wikipedia)


n Italia ya se están vendiendo camisetas con la frase "Vada a bordo, cazzo!" (*), que le espetó el oficial Gregorio de Falco a Francesco Schettino, el  capitán del "Costa Concordia" recientamente siniestrado. A la vista de como se desenvolvieron los hechos yo contextualizaría la frase en el intento de De Falco de devolver los acontecimientos a su cauce, sin olvidar aquello de que el capitán debe de ser el último en abandonar el barco y que incluso hay capitanes que no han abandonado su barco ni cuando se hundía. Lo digo porque en mi modesta opinión la intervención de Schettino no podía más que hacer empeorar las cosas. Y se merece aquel dibujo que insertamos en el álbum hace unos días, de un capitán que hundía también el bote de salvamento de manera que quedaba bien claro que no es que se le hundieran los barcos, es que los hundía él.
Estos hombres de los que andamos sobrados, como Schettino, o hasta podríamos añadir a Iñaki Urdangarín, que hasta ha cometido supuestamente delitos fiscales en territorio estadounidense, son una vergüenza para sus familias. Y es que otros hundimientos, como el terribilísimo y por suerte insuperado, del transatlántico "Wilhelm Gustloff", con casi 10.000 personas en su mayor parte mujeres y niños (desgraciados evacuados del frente del este), torpedeado por un submarino soviético en las gélidas aguas de Pomerania en enero de 1945, fueron simplemente atroces. El hundimiento del "Costa Concordia" ha sido más bien una gilipollez y con pocas víctimas. Yo no sé si "gilipollas" tiene equivalente en inglés. Un dweeb parece otra cosa, y su cercanía al nerd típico lo desdibuja. El gilipollas tiene un punto de borde (de impertinencia) pero tiene todos los puntos de insensato y un sentido del humor más que flojo (**). Ver al gilipollas normalmente relajado es lo que le aleja de parecer malo y quedar en simple tonto embobecido, pero suele ser un tonto peligroso y seguramente Dante hubiera puesto a un tipo como Francesco Schettino en el círculo de los gafes, cenizos y cascarrabias, en un rincón del Purgatorio, para que se aclararan entre ellos. Bellísimo el ejemplo de Gregorio de Falco, capitán de la Marina Italiana, que ha demostrado que hasta sin barco y sin agua se puede ser capitán.

(*) "Vaya a bordo, carajo"  ( y no "Vaya a bordo, córcholis", como he leído en algún sitio).
(**) Jaime Rodrigo: "Algunas compañías prefieren a capitanes relaciones públicas que buenos navegantes" (La Vanguardia)

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