10.5.12

Semillas, piedras y huesos

De vez en cuando el Museo del Louvre airea en su página de Facebook alguna pieza poco conocida de su colección. Es muy probable que la pequeña talla de marfil de Jean Auguste Barre pase desapercibida al visitante que ya ha visto la Victoria de Samotracia, la Gioconda, los miles de oinócoes, cráteras e hidrias de la colección de cerámica griega, y la Pompadour por Maurice-Quentin Delatour. Los grandes museos, si se visitan intensivamente, abotargan y conducen a un estado de desalentador cansancio total. De manera que no podemos más que envidiar a quienes pueden ir muchas veces al Museo del Prado, por ejemplo, y volver volver volver, y decir "hoy veré tal cuadro de Goya".
Aunque a simple vista puede parecer que la imagen de hoy reproduce una escultura de mármol, se trata de una talla de marfil. No sé si todo el mundo puede apreciar como en la espalda del niño y de la madre hay como una especie de vetas que son características de los colmillos (o incisivos) de los elefantes. Y las fisuras que podrían parecer resquebrajamientos del material también son característicos de la eboraria. Lo sé porque tengo una manzanita de marfil de cuando aún no estaba prohibido el tráfico ebúrneo. También tengo una pulsera de pelo de elefante, de cuando ya estaba prohibida su venta, pero la compré en una tienda normal y corriente y quiero pensar que ese pelo no era vital, que todo lo más es un ejemplo del tráfico ignonimioso que se ha hecho con los paquidermos, especialmente los africanos. Parece que esas fisuras son irremediables, pero se puede también añadir que no van a más y que incluso, junto con el amarilleamiento, autentifican la procedencia del material.
Desconozco si el trabajo del marfil produce unas piezas más delicadas que las que se pueden extraer del mármol, que es más duro. Creo que sí, que es más dúctil. Pero no sé qué cualidades puede tener como material. La cejuela de las guitarras suele ser de hueso (aunque las modernas industriales la tienen de resina y va que chuta) y me imagino que es un punto que por guiar las cuerdas desde el mástil hasta el otro extremo, tiene que reunir propiedades de dureza y resistencia, de manera que no sea rígida en exceso puesto que de lo contrario o dañaría las cuerdas o se rompería por la tensión.
Se suele poner como ejemplo de lo bien que conocían los artistas su oficio en la afanosa elaboración de las pinturas y también en Miguel Ángel visitando en persona las canteras para elegir el mármol. El arte lo han ido matando no solo la barbarie y el adocenamiento, que ya es, sino la especulación y la intelectualización. La intelectualización llegó mucho antes a las bellas letras y así nos va. 

"Madame Delaroche et son fils Horace" o "L'épouse de Paul Delaroche et leur enfant". Escultura tallada en marfil de Jean Auguste Barre, +/- 1845 (41,8 x15x13 cm).Louvre.












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