30.12.14

Los refinamientos del destino

"K. Mansfield
Caleidoscopio de humores: tan pronto siente una gran gloria en fijarlos
como se enorgullece de dejarlos ir.
A lo largo del diario conoce como nadie la comedia de la falsa voluntad,
 las tretas del "hacer como que escribo". Se despliega en dos K. M. ("ven mi invisible, mi desconocido, hablemos los dos"), una de las cuales desenmascara a la otra.
Sin embargo, de desenmascararla y aun convencerla de que es
 otro el método hasta inclinar realmente su voluntad
 a abrazar ese método hay un abismo: el que separa el caos del orden.
"Reina una especie de confusión en mis estados de conciencia".
"Soy pródiga, me disperso en lo vago, no soy positiva... pierdo el tiempo" (Lo pierde porque está empeñada en ganarlo, como lo perdemos todos cuando nos acosa la rigidez)."
Carmen Martín Gaite, Cuadernos de todo.



uadernos de todo es el título que recibió un libro que le hicieron a Carmen Martín Gaite a su muerte el año 2000. Mi edición es del Círculo de Lectores del año 2003 y está primorosamente preparada, tal y como creo que a la escritora le hubiera gustado, con los cuadernos que fue acumulando paralelamente a cuanto escribía para su publicación. Carmen Martín llegó a aficionarse al scrapbooking y no es de extrañar porque quien tiene el gusto por la escritura y lleva poco más o menos algo parecido a un diario o "cuaderno de todo" es natural que acabe incorporando otros elementos. En Estados Unidos hay infinidad de aficionados al scrapbooking, pero no se nos escapa que el origen de todo ello está en los alba amicorum o livres de'amitié, de los cuales aún se conservan ejemplares hasta del siglo XVI. Que haya toda una industria de materiales para el scrapbooking demuestra la demanda y, a mi entender, la falta de imaginación de una parte de sus aficionados. Es más bonito poner una mala servilleta de una chocolatería o un mal boceto que comprar escarapelas de papel dorado y flecos iridiscentes ya preparados para ser adheridos a las hojas. En mi opinión. Pero in varietate concordia.
Era previsible que Carmen Martín Gaite fuera a dar a los Diarios de Katherine Mansfield y que se viera en algún punto retratada en las propias palabras de la neozelandesa, la indecisión y la inseguridad que la acuciaban y le hacían perder una valiosa energía cuando en realidad luego se proyectaba en todo su vigor para posarse en el hueco del asa de una tetera de loza o en el peciolo de una de las plantas de su jardín. Las anotaciones de los cuadernos de Carmen Martín incluyen tantas referencias a lo que vamos a llamar "literatura femenina" que será ineludible en el futuro  estudiar esta obra y otras para reconstruir la historia.

Imagen de Cuadernos de todo

El cuaderno 12 es del año 1975 y me hace gracia porque yo recuerdo haber tenido uno igual, en su exterior, se entiende. Para el colegio. Y por eso lo he elegido para ilustrar esta entrada, aunque hay alguna reproducción de páginas manuscritas y hasta dibujadas que tendrían mucho interés.
Me ha proporcionado Alejandro González Terriza un libro de Antonio Hernández Marín que facilita o regala a demanda. Es una digitalización de un libro en blanco en donde el poeta reunió sus textos de 1984 y 1985. Y tan pronto abrí el regalo vi que el libro era idéntico a uno que por aquella misma época o incluso antes le vi a Teresa Pous. Idéntico a excepción de que el libro de Teresa Pous es rojo. Y curiosamente cuando hace unos años, el 2005, estuve en su casa en Barcelona, seguía teniendo el libro en blanco, ella que lleva publicados unos cuantos libros sobre algunas vidas ejemplares de Cataluña. El libro estaba en tan buen estado como lo estaba el año 1980, a pesar de haber pasado por no pocas mudanzas. Yo creo que siempre lo ha tenido en su mesa, que aunque lo tiene a mano lo tiene como en la reserva, y que espera escribir en él algo mucho más personal de cuanto lleva escrito.

Poemas y otros escritos (1984-1985), de Antonio Hernández Marín

Lo de la gracia que me hizo recordar haber tenido un cuaderno igual al cuaderno número 12 de Carmen Martín Gaite no es nada comparado a cuando supe a finales del 2013 que Teresa Pous había publicado un libro titulado Servir Catalunya. Artur Mas, l'home, el polític, el pensador.  En estos momentos Artur Mas no me parece ni un hombre, ni un político ni desde luego un pensador. Pero lo que a mí me parece, además de que no tiene el menor interés, como no lo podría leer una niña en cabellos, prefiero callarlo. Estos refinamientos del destino, que nos exponen a ser zarandeados por la amistad con personas cuya trayectoria está en nuestras antípodas, nos hablan de lo sorprendente que es la vida. A mi pesar Teresa Pous no lo entiende así y aunque es una mujer de convicciones firmes, buena amiga y mejor persona, como yo no soy catalanista ni cosa que se le parezca, me ha negado su palabra. Al menos, yo lo entiendo así.
Cuando se habla de la "fractura social" catalana no es que se hable de mí, por supuesto, pero se habla de cosas así. He conseguido mantener la relación con personas de mi familia o de mis círculos a pesar de sus anhelos soberanistas  y mis dudas sobre el Procés. A veces ha sido a costa de un cierto distanciamiento, de pasar por encima de muchos temas y de hacer fintas alrededor de lo que todos tácitamente sabemos que puede ser irritante. A mí me resultan irritantes las malversaciones del gobierno de Artur Mas, la manipulación de la historia con motivo del Tricentenario del 1714, la red clientelar del régimen y la corrupción, pero esos temas los puedo hablar con contadas personas de mi entorno. Por lo demás, lo único que me propongo es intentar comprender la forma de pensar de cada cual y sus razones, que para todo las hay.

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