20.6.15

Bochornos y sobornos

Summertime and the livin' is easy
Fish are jumpin' and the cotton is high
Your daddy's rich and your ma is good lookin'
So hush, little baby, don't you cry

One of these mornin's, you're gonna rise up singin'
you're gonna spread your wings and you'll take to the sky
But 'til that mornin', there is nothin' can harm you
With Daddy and Mummy, Mummy standing by
Don't you, don't you cry

Summertime, "Porgy and Bess" (George Gerswin, 1935)

uizás una de las últimas bien sentidas versiones de "Summertime" es la de Melody Gardot, pero no me atrevo a afirmarlo. Creo que no todo el mundo sabe que "Summertime" es una aria de una ópera situada en un barrio negro de Charleston (Carolina del Sur). La versión más conocida es la de Ella Fitzgerald, pero hay muchas y seguramente las seguirá habiendo. El aria la canta un personaje a un niño, su hijo, mientras lo acuna.
Ayer vi en la TV una entrevista a "Colita" de Cayetana Guillén Cuervo. Decía la fotógrafa, que después de haber visto bailar a Carmen Amaya no había visto nada igual, ni había sentido el flamenco tanto. La pude llegar a comprender. No solo porque yo también creo que Carmen Amaya era lo que se dice "auténtica" sino porque son, somos, muchos los llamados y pocos los elegidos. Lo de caer en gracia y ser gracioso es otro tema. La versión de Melody Gardot de "Summerime" es auténtica. Parece puro verano, cuando a la mayoría de la gente no les gusta el verano. Les gustan las vacaciones, la cerveza fría, las gafas de sol, pero mucha gente hace todo lo posible por atenuar hasta eliminar el calor o pretende llevar la misma vida todo el año.
El verano para mí empieza a ser agradable cuando pasa San Juan, porque ahora los días son demasiado largos, en paralelo a la época del año opuesta, hacia el solsticio de invierno, cuando los días son tan cortos y disfrutamos de poca luz aunque sea hermosa.
Si "Summertime" es una canción de cuna sin duda tiene que ser tranquilizadora. Por eso se le dice al niño que es verano, que los peces saltan y los campos de algodón están a rebosar, que papá es rico y mamá guapa. Pero en el escenario la berceuse resuena en medio de una realidad bien diferente, de pobreza y afanes.
Aunque parezca lo mismo, este efecto es una cosa y una muy otra es el de quienes justifican su mala conciencia adhiriéndose abstrusamente a ideas y causas lejos de su verdadera estirpe. No estoy diciendo que los pobres son buenos y honrados y que los ricos son malos y deshonestos. Estoy diciendo que lo mismo que ha habido pobres que se quisieron hacer pasar por ricos, también ha habido ricos que se han querido hacer pasar por pobres o que se han querido hacer perdonar haciendo ostentación de su denodado esfuerzo o un talento sobrenatural. Las cosas no son tan simples, sobre todo si tenemos en cuenta la gran abundancia de nuevos ricos y de neopobres. Al lado del nepotismo y los sobornos de toda la vida están los subvencionados de nuevo cuño.  El nepotismo y las subvenciones se pueden más o menos denunciar, los sobornos son mucho más opacos. En realidad es lo que más abunda. Hasta donde yo sé.
Por eso, aunque estemos entrando en el verano, me veo tentada de escribir una Dinámica del interser y los monológicos imperativos de Dick y Jane: un estudio de los modos psíquicos transrelacionales.


Calvin y Hobbes (Bill Watterson)

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