7.12.16

Faits divers

"The photograph is a thin slice of space as well as time"
[...]
"Through photographs, the world becomes a series of unrelated, freestanding particles; and history, past and present, a set of anecdotes and faits divers."
Susan Sontag, On photography



n el siglo pasado era común algún galicismo que salpicaba la comunicación erudita y hasta mundana con esa chispa que tiene el francés Supongo que ahora el francés, que ya no es ni la lengua diplomática, ha sido suplantado por las expresiones en inglés, y cuanto más novedosas mejor. De ahí el éxito del Urban dictionary y el eco que ha obtenido la palabra post-truth y otras.
Decían días atrás en la radio, ese medio que va resistiendo sin apenas haber visto cambiados sus fórmulas, que Twitter va perdiendo fuerza y que la va ganando Instagram. Y que hasta los 140 carácteres se hacen pesados ante la expresividad de las imágenes y lo fácil que es consumirlas. Mi permanencia en este álbum se cifra no en la esperanza de que alguien lo lea por supuesto sino en el placer de ir coleccionando hechos diversos.
La imagen de hoy es la de un niño jugando a las canicas. Esa postura y otras que adoptaban los niños para hacer sus carambolas a ras de tierra, eran como letras de un lenguaje encriptado, antiguo, raro. 
Siempre he sido más que mala en lo de la puntería y un día que vi a mi madre lanzar algo a una papelera con un saque que desplazó el proyectil a dos metros del destino supe porqué. En lo que soy buena es en lo de la videncia, pero es inútil, no sirve para nada. Esta primavera pasada bromeaba cada día con el camarero que a diario me atiende en el comedor laboral del hospital. Un día yo hacía como que le hablaba en ruso, otro día en chino, etcétera. Pues resulta que desde el verano más o menos ese comedor ha empezado a ofrecer un servicio por el que los cuidadores de algunos niños tienen derecho a usar nuestro cathering. Pasan por la cadena de platos y en vez de cargarlos en una bandeja, les dan unas fiambreras de usar y tirar. He visto madres subsaharianas, chinas, magrebíes, alguna rumana y lo que todas ellas tenían en común es que hablan poco español. Así que desde mi mesa oigo al camarero decir: "Esto o esto, uno". O cosas como: "Es pescado". Muchas mujeres no pueden comer cerdo y preguntan señalando con el dedo. No lo sé seguro, pero parece que son mujeres que cuidan a niños muy pequeños o prematuros, que viven lejos del Hospital, y que es aconsejable que puedan acompañar a sus pequeños el máximo tiempo posible sin que tengan que desangrarse económicamente. Me parece, no lo sé seguro, que la comida la financia una entidad de ayuda social.
Mi videncia aparece siempre como un disparate para reír, como una exageración podría decir. Como cuando en mi trabajo anterior bromeamos con el periodista sobre la posibilidad de que se creara una "comisión de fiestas" en la empresa; una comisión de fiestas como las de los pueblos. Pues a los pocos meses se hizo sino una comisión de fiestas algo que no podía ser más parecido. Obviamente le pusieron un nombre de acuerdo con el lenguaje administrativo que nos embarga (es un decir) y que no tiene nada que envidiarle a los de las sectas.
No consigo recordar cuando fue la última vez que vi a un niño jugar a las canicas, tal vez en el colegio público del barrio, en el patio del recreo. 


Russell Lee, "Marbles is a favorite game on South Side of Chicago" (Chicago, 1941)


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