27.12.16

Los rosáceos dedos

"Respondió la abubilla: " ¡Oh tú que estás en el embeleso
 por el efecto de una forma exterior! ¡Tú cuyo corazón
 no vio jamás la aurora del valor real de las cosas!
 Sabe que no has cesado de ser nictálope
 y que has permanecido, como la hormiga, oprimido
 por una vana apariencia. Apégate al sentido de las cosas y no
 te inquietes por la forma; lo esencial es el sentido, la forma no es
 más que un embarazó. Sin el color, el oro no sería 
más que un metal ordinario; sin embargo, tú estás
 seducido por su color como un niño".
Farid Uddin Attar, El coloquio de los pájaros

e van acabando los días de este año, que no nos atrevemos a decir que fue malo porque no sabemos si será mejor que los venideros. Es en estos días cuando he recobrado un poco de mi tiempo libre después de algunas semanas atendiendo una enferma en la familia. un poco a costa de mi propia salud y sin obtener alguna gratificación en consecuencia. Me he acordado de las palabras de mi primer profesor de yoga sobre la práctica del Kharma Yoga, por el cual se experimenta el trabajo sin resultados, sin gratificaciones y sin reconocimiento. De su equipo, Luisa Cuerda en colaboración con Manuel Rouras, procede Te necesita, un cuento moral en torno al yama Asteya ("No robar"). Asteya trata de lleno sobre la envidia y va "al origen del descontento con el papel que nos ha tocado a cada uno, y comprender por qué, si lo sabemos mirar con claridad, todos somos igual de importantes (es decir, imprescindibles) en el conjunto de la vida". Cuerda, como el Kempis, (*) recuerda que tan erróneo es engolarse y envanecerse con la buena suerte como arredrarse y atormentarse con la mala suerte. Y como en  Job 1:21: "Yahvé me lo ha dado y Yahvé me lo ha quitado".  Aunque la visión que propone Luisa Cuerda no nos habla de una voluntad divina, sí hay un orden (un puzzle) por el que cada pieza tiene su utilidad y su sentido.

Los días aún tardan en hacerse, por la mañana, pero ofrecen un celaje lleno de irisaciones y ayer predominó un rosa amoratado o también algo amarillo que quitaba el hipo. "Breathtaking" leo constantemente en Instagram, ante imágenes que nos brinda la naturaleza. Mi cuenta de Instagram últimamente solo podía actualizarse con fotos de mi entorno más inmediato, atada como estaba a la situación con que abro el post. Trozos de cielo, trozos de calles, alguna fotografía de mi canario Pepe y alguna captura del Parc Central de Nou Barris cuando me acercaba al Mercadona, al Lidl o a la frutería del paseo Valldaura. Pero, tal y como propone la guía de Salomón, la abubilla, no hay que desanimarse ante la falta de luz y hay que saber ver a través de las tinieblas.

Leo el libro de los Salmos, intermitentemente, siguiendo la guía de la hermana Griselda Cos, que propuso un taller en las Puel·les de Sarrià al acabar el verano. Hay momentos en que me siento fuera de cobertura o como si el lenguaje fuera no el medio de llegar a los versos, sino un inconveniente y hasta -siguiendo con el símil telefónico- una interferencia. El problema, lo digo yo que a veces he entendido el lenguaje de los pájaros, no es que no pueda acceder a la lengua original (en este caso el hebreo). El problema es que estoy separada del libro, por lo menos de momento. Me acercaré otra vez, con rosáceos dedos, con todo el cuidado y la atención, para ver si me abre sus versos.


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(*)
"No te estimes por mejor que otros, porque no seas quizá tenido por peor delante de Dios, que sabe lo que hay en el hombre. No te ensoberbezcas de tus buenas obras, porque de otra manera son los juicios de Dios que los de los hombres, y a Él muchas veces desagrada lo que a ellos contenta. Si tuvieres algo bueno, piensa que son mejores los otros, porque así conservas la humildad. No te daña si te pusieres debajo de todos; mas es muy dañoso si te antepones a sólo uno. Continua paz tiene el humilde; mas en el corazón del soberbio hay emulación y saña frecuente" (Cap. 7, Imitatio Christi).


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