3.10.17

Phillipe





a película L'Odysée (Jérôme Salle, 2016) se está proyectando en España con el título Jacques, por Jacques Cousteau, el explorador marino. Pero la película habla tanto de Jacques Cousteau como de su segundo hijo, Phillipe, que falleció joven en accidente aéreo. La admiración de Phillipe por su padre y su pasión por el submarinismo y por volar, tuvieron un proceso de decepción al descubrir cómo Jacques Cousteau sacrificaba cuestiones de ética elemental para un ambientalista por obtener una buena fotografía para sus productos sobre el mundo del mar. En la película se mezcla este proceso, con el de Simone, la esposa, gracias a quien pudo zarpar el Calypso empeñando las joyas que habían pertenecido a su madre. Y en ello apreciamos la labor del tercer miembro de la familia, Jean-Michel, que ha escrito diversos libros, aunque tal vez el más conocido es el que escribió sobre su padre.
La imagen de la pasión de Jacques Cousteau por el mar y su contribución a la exploración de territorios vírgenes no sucumbe ante ese panorama familiar. Que tuviera una familia paralela no le quita mérito alguno y solo nos recuerda la de otros "grandes hombres". Que sus películas -las películas que rodó Jacques Cousteau- no nos muestren toda la verdad también es algo con lo que contamos siempre. En el mejor de los casos se nos muestra aquello que se nos quiere mostrar, una parte de la realidad y no toda. En el peor de los casos, si hay que romper o matar algo se rompe o se mata y si alguien lo descubre siempre se nos podrá perdonar porque lo hicimos con una intención última noble o empujados por las circunstancias adversas.
No decimos nada nuevo. Tampoco se trata de afirmar con fe ciega que el ancianito del gorro rojo tipo beanie era un cabrón. Y eso aunque es fácil, por lo menos en el entorno que yo conozco, que pasemos de la idolatría a la iconoclastia
Estos días estoy viendo mucho de todo esto, por el uso y abuso que se hace de las imágenes, de los ídolos y de todo cuanto esta bajo el imperio de la vista. Ya nos previno San Agustín en sus Confesiones de que todo cuanto puede ser visto también puede ser obra del diablo. Es decir, engañoso. ¿Hay algo a lo que podamos atender sin peligro de caer en el error o en una pasión de bajas vibraciones? Sí, los hechos. Los resultados desnudos de toda trampa y acicalamiento. No podemos caer en la falacia de que solo existe lo que puede ser fotografiado, eso aunque prevalezca la propaganda de la acción de las fuerzas de seguridad el 1 de octubre en vez de la del Parlament de Catalunya sin actividad desde hace días.
*
La breve ruptura entre Phillipe y Jacques Cousteau nos habla de la freudiana "muerte del padre" (matar al padre, más exactamente). De eso también tenemos estos días. Porque a la larga el clima al que hemos llegado en Cataluña podrá ser interpretado generacionalmente, y como una inversión de las costumbres, con una asimilación a los hijos, con un adoctrinamiento de los menores más que deleznable y con la famosa fractura familiar. La admiración de los hijos por los padres a veces se desenvuelve al revés (la admiración de los padres por los hijos) y en el caso del supremacismo, el catalanismo o el independentismo lleva a que la natural exaltación de los jóvenes se contagia a sus padres, donde no sería tan natural y nos transcribe una efervescencia para mí insólita.
La realidad nos golpea estos días con tantas imágenes y con tantos hechos, que es difícil hacer una reflexión completa, es imposible reunir todos los elementos simplemente de lo que ocurre en un día y es descabellado pensar en que nuestra opinión haga avanzar o intervenga en algo en los acontecimientos. Lo único a lo que aspiro es a no perder la calma.
*
En la época del pujolismo había una cierta sectorización de las conselleries de manera que los escaños que obtenía el PSC se iban a la Sanidad pero los que obtenía a ERC enteros o por alianzas coyunturales se iban a la Enseñanza. Y los resultados se ven ahora. Ayer pasé a mediodía por la Calle Cartagena, entre Provença y Mallorca. Hora del recreo y hora que se convocó para protestar contra la actuación de las fuerzas de la policia judicial no sediciosa (Policía Nacional y Guardia Civil). De repente desde detrás de la alambrada que rodeaba el patio del recreo empezaron niños de 7-9 años a corear VOLEM VOTAR y LLIBERTAT. Me pregunté si saben los padres de estos niños qué estaban haciendo sus niños en la escuela y qué género de maestros hay en la Escola Tàbor. Todo ello me perturbó tanto que aunque no me siento capaz de trasmitir mi escándalo sí me veo en la obligación de plantearlo y dejar constancia.

Phillipe y Jacques Cousteau

(c)SafeCreative *1710033669783 (2022: 2212172888142)