26.2.17

Terapia de bar

reo que en mi juventud era muchísimo más frecuente que la gente recibiera a sus amigos en las casas mientras que ahora  todo el mundo se cita en la calle para ir a tomar algo: un té, un café, una cerveza, lo que sea. El negocio de la hostelería claramente ha aumentado una enormidad, no solo por el turismo sino también porque se han incorporado los más jóvenes y muchas señoras. Hace 40 o 30 años era muy raro ver mujeres en los bares, sobre todo solas o entre semana, por no decir que además con lo que se fumaba entonces era bastante disuasorio meterse en uno para luego tener que lavar toda la ropa, el cabello, y ventilar el abrigo.  
Durante la semana es de lo más normal ver a los jóvenes que estudian en los centros de formación profesional tomando un refresco con cafeína en los bares del barrio. Y también veo grupos de cuarentonas que dejan a los niños en los colegios y después se toman una relaxing cup of coffee en uno de los "antros" de colesterol malo. Es una realidad muy cambiante; aún pienso que veremos más cambios. En la terapia de bar no es menor el hecho de que hay ahora locales muy cuidados en su decoración. Más allá de las cadenas, que ya tienen una imagen dada, hay muchas cafeterías que son auténticos escenarios que supongo que emanan romanticismo, el zen o simplemente una atmósfera colonial o rococó, o nos retrotraen a un ambiente de tugurio pero gentrificado y estilizadísimo. Supongo que al mismo tiempo la energía creativa que un tiempo se nos derramaba en los dioramas y en el pesebrismo ahora se nos derrama en los bares.  Si puedo decir la verdad, a mí no me ha impresionado menos ver la recreación del castillo de Blancanieves en Disneyland París que la florentina Santa María del Fiore. Tal vez porque se hiciera tridimensional lo que siempre había visto en dos dimensiones y en pequeño.
Conozco un matrimonio que hace poco se divorció en el que no congraciaban su ocio. Ella tiene mucha atracción por todo lo sobrenatural, las terapias alternativas, la psicología, las "energías" varias y todo el catálogo de técnicas de meditación, transmutación personal y demás jardines. Él la mayor parte del tiempo trabaja y cuando se siente agobiado o preocupado hace terapia de bar, pero no porque se evade con el consumo de alcohol, sino porque simplemente disfruta tomando algo con sus amigos y pasando un buen rato de distensión. Aunque tanto él como ella son personas bien preparadas y totalmente fiables, me siento más cerca de la forma de ser de él. En la terapia de bar, si tienes un buen interlocutor o con un grupo de gente con quien te sientes a gusto, todo es muy reparador y gratificante. 
Me atrevo a añadir que las personas que han hecho (demasiada) terapia de la otra son irrecuperables para una conversación normal, tienen aquellos latiguillos que han ido introduciendo en su cabeza los mercachifles de las dinámicas grupales y la salvación de traumas psíquicos.  En el mejor de los casos estoy por admitir que han hecho tanto bien como daño han hecho.

Plaça de Sant Agustí Vell

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24.2.17

Los puntos sobre las jotas (2)


ecibí clases de un profesor de guitarra que tenía muchos alumnos coreanos y estaban interesadísimos en el flamenco. Un día mi profesor estaba tocando una pieza siguiendo una partitura y quise verla porque nunca había visto flamenco en pentagramas. De todas maneras no es que yo tenga conocimientos suficientes para apreciar en una hoja de música lo que sí que más o menos puedo apreciar al oír la música. Supongo que los que sí están acostumbrados a leer partituras sí pueden distinguir visualmente factores de estilo en Bach o en Fernando Sor y esto con una simple mirada. Lo supongo porque no lo sé.
La fascinación por el flamenco y lo aflamencado viene de lejos, como ilustra el cuadro de hoy, que es un producto tardío del hispanismo. A mi pobre entender, aunque el cuadro se clasifica en el impresionismo (¿?), tiene tres partes claramente diferenciadas en las que no es menor un efecto goyesco entre las figuras que están sentadas en la pared del fondo. John Singer Sargent consiguió recrear un cierto tenebrismo, sobre todo en los tocaores, y la atmósfera sugiere que la vela que hay en la silla blanca de enea titila y crea unas sombras bastante fantasmagóricas. Cuando se amplía la imagen en Wikipedia Commons se puede ver con toda claridad que cerca de la sombra del sombrero del gitarrista, debajo de las dos guitarras colgadas, hay la huella roja de una mano ¿En sangre? No es posible saberlo, pero le acaba de dar un aire tremendo y telúrico a la escena. El estudio que hizo el pintor con Marie Renard para la figura de la bailaora agudiza esta impresión mía, ya que el estudio es más... ¿romántico?, sigue lo que se esperaría de un cuadro costumbrista hispanista. El cuadro acabado se impregna del clima del tablao y la figura en movimiento contrasta en el torbellino de flecos con la sombra que flota y parece titilar en la pared y los colores de los chales de las palmeras.
Cuando vemos a una japonesa bailar académicamente un palo de flamenco sentimos muchas cosas: orgullo por ver reconocido un bien de nuestro patrimonio inmaterial, admiración por el trabajo enorme conquistado por la bailarina-bailaora y el placer en sí de ver la perfecta ejecución de los pasos y toda la expresividad del cuerpo. En algunos casos los más exigentes dirán que a pesar de la perfección falta el duende o el pellizco y todo aquello que sí tiene cualquier gitana de Triana o de La Mercé que no sabe que es un sí bemol ni un compás seis por ocho. Pero eso mismo puede pasar con una jota. Me gustó mucho la película de Carlos Saura estrenada recientemente porque demuestra que ni la jota es solo aragonesa ni solo para aquellos cuerpos de baile que exaltaban el espíritu nacional cuando el Pilar. Y Saura introduce no una sino varias escenas de "Nobleza baturra" (Florián Rey, 1935). Para mí Imperio Argentina siempre será una de las más grandes intérpretes españolas (aunque naciera en Buenos Aires) y su jotas, la cantada y la bailada, pienso que son un hito.
Es cierto que habrá jotas más desgañitadas y jotas muy rudas, otras más de brío que de salero, pero todas nos hablan de lo que perciben los extranjeros como algo muy nuestro. Una vez pude hablar con un traductor jurado y traductor simultáneo de varios idiomas, entre ellos el español, que creo recordar que era de origen suizo pero que residía en Canadá cuando yo lo conocí. Tuvo un lapsus cuando conversábamos, pero cuando me dijo que tenía la palabra en la punta de la lengua y que es la que más nos definía a los españoles no dudé en decirle: "dignidad". La virtud romana dignitas se asimila al orgullo y a la excelencia, pero más bien pensemos en el decoro, en una cierta forma de vergüenza, más que de honor, que participa de la arrogancia -a qué negarlo- pero que es sobre todo una forma de firmeza.

"El jaleo" (John Singer Sargent, 1882)

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21.2.17

Alvarezsáuridos y bípedos comunes



engo mis dudas de que haya alguien digitígrado o nacido con pezuñas tal y como se deja ver en la letra adornada con tres esqueletos, el de la izquierda. Procede del libro del cirujano inglés William Cowper titulado Myotomia reformata (1724), fuertemente influido por el famoso tratado de Vesalio incluso en usar letras capitales. Si se clica en la imagen se puede ver ampliada. Leo en la edición de 1694: 
"These (like the Muscles of the Fingers) we shall divide into Common and Proper. The Common Muscles of the Toes are such, as have their Tendons inserted into all the lesser Toes, as the Extensor Digitorum Pedis Longus, Extensor Brevis, Perforatus, and Perforans. The rest are the Proper Muscles of the Toes, namely, Lumbricales, Abductor Minimi Digiti, Transversalis Placentini, Flexor Primi Internodii Minimi Digiti Proprius, and the Interossei" (Cowper, 1694, Chap. XXXVI)." 
La cita es la que abre el capítulo encabezado por los tres esqueletos y el principio de la palabra these, dedicado a los cuatro dedos pequeños (por oposición al dedo pulgar).
Tal vez tiene que ver con el pie equino malformado congénitamente. Pero las personas que nacieron con pie equino no tienen esa articulación añadida que vemos en el esqueleto (como si tuviera, para entendernos, dos rodillas), No creo que tenga que ver tampoco con la marcha equina, un trastorno que vemos sobre todo en niños, que no apoyan los talones cuando empiezan a caminar. La mayor parte de las veces parece que no tiene razón de ser, no se trata de que haya un acortamiento del talón de Aquiles ni de nada por el estilo, aunque es cierto que andar de puntillas acaba por afectar a la musculatura y a las rodillas y a la espalda. Hay unas prótesis cuyo nombre comercial es Digilegs (TM) y he podido ver la figura que hacen sus portadores al usarla, en Youtube. Ya no veo claro lo de los patines eléctricos autoequilibrados, porque obligan a una cierta rigidez de la pelvis (no sabría decirlo mejor) como para que me atraiga lo más mínimo la idea de parecer un velociraptor o un alvarezsáurido. 

Heidelberger historische Bestände-digital




No he sabido encontrar ningún comentario sobre este particular que a mí me ha llamado tanto la atención y tengo que ponerlo en mi cajita de las curiosidades que aún no tienen respuesta, que ya van siendo unas cuantas. Me fascina la gran cantidad de afirmaciones que circulan por ahí a pesar de tener poco fundamento o el mismo que lo tendría una afirmación contraria. A veces se llega a alguna certeza en algunas respuestas y en algunas preguntas pero muchas veces de una forma indemostrable o en el que solo podríamos jurar por Snoopy y poco más. Por otro lado también hay que librarse del escepticismo conspiranoico y ojiplático, porque también es poco constructivo. Un poco de escepticismo está bien, mucho marea o enerva, que no sé que es peor. Y al final hay que volver siempre a aquella clemente ironía erasmista o cervantista, basada en una cierta modestia, en mucha experiencia y un poco de afabilidad. No hay otra.
Para quien tenga alguna duda sobre la extraña naturaleza del esqueleto, que seguro que lo habrá, incluyo otra letra capital de Cowper que reproduce los tres amigos de la entrada pero con su sistema muscular al completo. De verdad que no llega mi comprensión para entender qué representa este hombre-centauro ¿Será un runner?


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18.2.17

Llamados, elegidos y enterados

"Es poco lo que puedo ofrecerle, amigo mío, pero es todo lo que tengo.
Créame si le digo que estas páginas, a falta de mayores méritos,
han sido escritas con mucha aplicación.
Sé bien que mi nombre,
en las historias de estas tierras segovianas, ocupará no más que un minúsculo
rinconcillo, pudiera ser que incluso
en letra pequeña y a pie de página. Pero
no me quejo porque tampoco me merezco más. Mi
labor ha sido honrada, pero no brillante. Dios no quiere
adornarme con las altas y hermosas cualidades
de los elegidos".
Camilo José Cela, "El viejo escritor", Los viejos amigos

os primeros resultados de Google no arrojan ninguno sobre Los viejos amigos de Cela, puesto que ese lugar es ocupado por una novela de Rafael Chirbes. La obra de Cela, que produjo dos series, es sobre los personajes irrelevantes (o habría que decir "secundarios", no protagonistas) que fue dejando atrás en otros libros y que adquieren en este una amplificación en cortos capítulos que funcionan como cuentos acabados. La idea, que yo sepa, no existe fuera de Cela. Ningún autor ha recuperado sus personajes a no ser que fueran, como dije, relevantes. Cada capítulo va precedido por una cita del libro de donde procede el personaje.
Es un texto que en mi opinión leído del tirón pierde potencia, porque sirve como los entrantes o los postres para abrir el apetito o para digerir bien, pero no como comida. Es una opinión, aunque acepto que se podría hacer una comida a base de tapas y dulces o frutas. Tiene historias que podrían recordarnos al realismo fantástico americano si no fuera porque sabemos que ese realismo ya existía en nuestra tradición -ni que fuera la oral- y porque hay hijos de vecino cuyas historias reales son tanto o más disparatadas o grotescas.
En algún caso los personajes recuperados son figuras de costumbrismo, seres hijos de su época plenamente reconocibles para quienes ya tenemos unos años por detrás. A pesar de que hay retratos de cada cual, tampoco es que se pueda hablar de un análisis psicológico profundo, y sin embargo el autor captó lo esencial y lo superficial de cada uno con una clemente precisión entomológica que impresiona y divierte.
De entre los viejos amigos he elegido el viejo escritor hoy porque esta semana decidí retirarme. No de escribir, que es un vicio que no puedo soltar, sino de aprender la técnica de la acuarela. Encontré un buen profesor, un buen centro y con un ambiente inmejorable, pero las acuarelas se me han resistido de tal manera que en vez de disfrutar sufría o por lo menos no lo pasaba bien. Podría haber seguido adelante sin concederle importancia a la resistencia que me ofrecía el aprendizaje. Pero como el tiempo de que disponemos en esta vida no es mucho, tampoco es como para malgastarlo en lo que no nos proporciona ningún fruto o en aquello cuyos frutos no tienen nada que ver con lo que esperábamos.
Es difícil distinguir el verdadero talento porque cada vez es más fácil impostar las cualidades, sea haciendo trampas, sea porque los resultados son asimilables al arte. Hay muchas personas que se acercan a la pintura como espacio de expresión y abundan los cursos de arteterapia (creo que se llama así), pero a mí lo que me interesa es la técnica y mis habilidades tienen que ver más con la mera ilustración que con la pintura artística.
Pienso que aunque me ha producido pena abandonar el centro y renunciar a aprender cómo usar los materiales que tengo, mi ¿honradez? se verá recompensada. Tal vez lo más parecido a no saberse acogida por el talento y quedarse fuera del paisajismo, de los retratos, de las naturalezas muertas, es cuando sufrimos la falta de correspondencia en amores. Yo quiero las acuarelas pero las acuarelas no me quieren a mí. Algo así.
En la afición por la escritura lo que puede ocurrir es que el escritor sienta el agravio comparativo de que su obra no tiene el reconocimiento que sí tienen otras obras que tal vez considera incluso faltadas de mérito o de virtudes. Esto nos lleva a la paradoja del centauro Quirón, apropiado por la astrología, por ser "el sanador herido" (Jung) y el personaje de la mitología donde más claramente se hace realidad aquello de que se persigue precisamente lo que no nos es dado, porque es de los obstáculos de donde aprendemos más.

Centauro de William Blake

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Letra capital de Francisco López Rubio (1895-1965)

17.2.17

Logos y letras capitales

ntes de nada debo aclarar que aunque uso el pictograma de hoy como una letra capital no lo es. Tal vez alguien podra advertir que representa una escena sexual vectorialmente, es decir con figuras geométricas. También habrá alguien a quien le habrá que ayudar un poco y explicarle que una figura representa a una persona de rodillas y la otra se representa apoyando las manos en los hombros de la primera, etcétera. La primera vez que vi este pictograma fue en los años 90 y luego he visto pictogramas que expresan toda una historieta en una pareja o un surtido de posturas. Los pictogramas se suelen manejar agrupados y es ahí donde adquieren su gracia, si es que la tienen, por contraste. Los más habituales son los de los servicios o toilettes cuando representan los aseos de los hombres, de las mujeres, de los discapacitados, o lo que convenga. Es en esos surtidos donde la pericia del pictógrafo se demuestra mejor. Otro surtido habitual es el de la señalización de los lugares, pero no siempre aparecen personas, como sí aparecen en los pictogramas de los juegos olímpicos.  
Estos juegos de pictogramas recuerdan un poco a los alfabetos humanos que se han sucedido a lo largo de la historia. Son alfabetos que se usan para usar letras capitales que están dibujadas, grabadas o reproducidas por otros métodos pero que tienen en común que están formadas por cuerpos humanos. Igual que el pictograma que encabeza el post representa una A, hay alfabetos humanos en que tenemos letras formadas por una o varias personas en posiciones un poco forzadas por la forma del signo:
Chansonnier de Zeghere van Male (1542)

Alfabeto de los payasos (1897)

Alphabet diabolique de Michel Delaporte (1836)
Giuseppe Maria Mitelli (1683)
The comical Hotch-Potch (1782)
Las diferencias entre los pictogramas y los alfabetos humanos o antropomorfos son clamorosas, no hace falta detenerse en ellas. Me interesan más las similitudes, especialmente porque hay alfabetos eróticos. Estoy pensando por ejemplo en el alfabeto erótico de Joseph Apoux, nacido el 1846), el alfabeto corporal de Anthon Beeke (1969), y alguno de art-déco que he puesto alguna vez encabezando algún post, pequeñito. También recuerdo haber puesto alguna letra del Kamasutra animado de la ilustradora francesa Malika Favre.
Por todo lo que llevo dicho recientemente me llamó la atención el nuevo logo de un hospital en donde se reproduce la vieja idea de la letra capital de hoy pero no para representar una escena erótica sino para representar la idea de un enfermo que guarda cama y es atendido por alguien que guarda la posición en pie. El logo conserva del que venía empleándose hasta la fecha la forma de cruz, tan característica del sector de la sanidad, pero adopta unas formas más suaves y con más riqueza visual y creo que sugiere la idea que he presentado, la de la atención. Esa escena de la cama y del sanitario que atiende a un enfermo no sé si la verán quienes no estén avezados a los pictogramas muy esquemáticos. Sinceramente creo que no. A mí me convence en el plano estético pero no sé si me convence en el plano de la organización social. Estoy más cerca de pensar que sí, que la posición del enfermo y de quien lo atiende es la que es, pero tal vez al verla tan crudamente planteada es cuando la cuestiono.
Logo oficial correcto y tres variantes invertidas
___________
Recomiendo las recopilaciones de Sotirios Raptis sobre alfabetos antropomórficos en Slideshare, así como el blog de Michéa Jacobi.

(C)SafeCreative *1702170764568 (2022: 2212172888142)

12.2.17

Post 1498: Iluminados

Eu tô te explicando 
Prá te confundir 
Eu tô te confundindo 
Prá te esclarecer 
Tô iluminado 
Prá poder cegar 
Tô ficando cego 
Prá poder guiar
Tom Zé,

is conocimientos de astronomía y astrología son mínimos, pero la semana pasada me atrajo el anuncio del eclipse penumbral, frase que inspira tenebrismo, una oscuridad que adquiere tonos lóbregos. La luna llena que alcancé a ver el viernes saliendo del trabajo parecía la que se podría ver cada 28 días más o menos. Pero en la misma puerta me sorprendió la visión de una gitana entrada en años y en carnes que había salido a fumar y que llevaba una bata de peluche gris perla brillante y topos negros también irisados. Parecía una polilla, la verdad. O tal vez yo estaba muy impresionable, como lo estoy ahora al divisar, hasta donde me alcanza la vista, niebla y más niebla, lluvia y vaho.
El sábado por la tarde, en la hora ultravioleta era, crucé el Paseo de Gracia a la altura de Aragón. Una brigada de la policía escoltaba el cuerpo de un hombre. La operación fue muy discreta, cerca estaban los turistas fotografiando la Casa Batlló iluminada indiferentes o ignorantes. El tumulto, la caída de la noche y el rugido del tráfico amparó el sigilo. Me costó distinguir el hombre, de mediana edad, bien vestido, limpio, yerto. Me llamaron la atención sus manos, a ambos lados del cuerpo pero un poco elevadas y con los dedos separados, como un Madelman. Del color de la cera, como si hubiera hecho un rato que los hubiera abandonado la vida. A punto de entrar en el Servicio Estación llegó una ambulancia en silencio y debo creer por eso que se lo llevó cadáver. A pesar de que para mí siempre es un disfrute recorrer el Servicio Estación, aquellas manos exánimes me infundieron la idea aquella de la soledad en que se quedan los difuntos (Bécquer). También pensé que la vida es en gran parte la sensación de morir y por eso tal vez no podemos ser plenamente conscientes de lo que es la vida hasta que tenemos la sensación de morir.
*
Los cuerpos celestes emanan su influencia sobre el mundo, eso es algo de lo que no dudo. La luna rige las mareas, las cosechas, aunque lo haga de manera distinta a como lo hace el sol. Hasta las bolas de polvo se forman y ruedan de acuerdo con el influjo de muchos factores, entre los que no es el último la posición de los planetas. Eso admitido también es verdad que quienes han estudiado un poquito de astrología se dejan vencer por la fascinación que tienen todos los sistemas aparentemente "cerrados", es decir, con un número limitado de posibilidades. Y acaba pasando aquello de confundir el saber y su representación. Es decir, por ir acabando, me temo que la mayor parte de los astrólogos no aciertan en su análisis o aciertan en poco.
No me voy a referir a los errores de apreciación y de cálculo de la astrología, sino a algo que a mi entender es mucho peor. La manipulación. Es decir, de la misma manera que hay personajes que manipulan la historia (el pasado) y el presente, también resulta que hay personajes que manipulan el futuro. Para mi sorpresa hace poco topé con un texto titulado "Final del estado autonómico español" por uno de los más celebrados astrólogos de nuestra comunidad autónoma, Jesús Gabriel, también conocido como Jesús Gabriel Gutiérrez. En el post da por sentado el final del estado autonómico y al mismo tiempo demuestra su desconocimiento de la función pública y de cómo funciona, cosa que nos permite pasar por alto el calibre de la pluma y que lo que se insinúa es más precario que lo que se dice (*).
Generalmente la certeza total suele ser un rasgo de necedad, a no ser que -como ocurre en muchos casos- se trate de algo muy bien fundamentado, verificado, o consensuado por acuerdo general ante la inconsistencia o lo perjudicial de lo incierto, a lo que no hay que dejar lugar. Buscando afirmaciones del género del mismo escritor encuentro un vídeo donde predice que Ada Colau, actual alcaldesa de Barcelona, será una personalidad relevante en la política catalana en un futuro cercano, creo recordar que en el año 2019. Admitiendo que pudiera ser como Jesús Gabriel dice -no olvidemos que estamos viendo últimamente hechos más inverosímiles- ¿es ético pronunciar ese vaticinio u otros que llevan aparejada una cierta alarma y que por lo tanto inciden en la realidad? Más bien se diría, pensando mal, que Jesús Gabriel aprovecha de un cierto poder de prédica para hacer proselitismo. Hacer propaganda. Existe la tentación de poner la astrología al servicio de la propaganda.
El libro El gran tinglado de la felicidad, de Jesús Gabriel Gutiérrez, es notable no solo por las propuestas que sugiere para no dejarse contaminar ni vencer por las ideas que contaminan y acucian nuestro bienestar, sino porque su estilo es peculiar. Me recordó a su lectura alguna conferencia en las que los oyentes pasan como por un túnel de lavado y es imposible al cabo del discurso, absolutamente improvisado, saber qué se ha dicho en él.  Y no se trata de un problema de atención ni de comprensión, es que son oradores de los que fluye la palabra como en un caudal de inconsciencia. La primera parte del libro realza más la deconstrucción del modelo erróneo y lo hace con elocuencia y de forma convincente, pero conforme se avanza en la lectura domina un estilo en torrente y algo verborreico.
Ya sé que la inconsciencia y la irracionalidad no son exactamente lo mismo, pero por ahí andan. Y son tiempos de polarización, irracionalidad y de exaltación de sentimientos toscos. Parafraseando a Fernando Pessoa, para quien el recuerdo era una traición a la naturaleza ("A recordação é uma traição à natureza"), podría decirse que la futurología no debe ser una trampa a la naturaleza, sino una forma de admiración y comprensión.



(*) "Todo parece apuntar a que el estado autonómico tiene los días contados. En concreto, entre 2017 y 2020, aunque intuyo que puede ser en el 2019.
Así, pues, ¿será el 2019 el final del estado autonómico? Desde esta pregunta podrían derivarse otras, como, por ejemplo:
¿Qué sucederá con los 2.500.000 de funcionarios, alrededor de la mitad pertenecientes a la administración autonómica?
¿Y qué sucederá con el 1.000.000 de personas que viven de la política, entre figuras mediáticas y otras, las más, que viven en la sombra?
 Si sumamos a unos y a otros nos da 3.500.000 de personas (y sus familias) que no querrán perder sus puestos de trabajo."

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10.2.17

Hijos de vecino, o el malo humor


s verdad que se han superado los chistes de gangosos, cojos y maricones, pero no hemos avanzado gran cosa, como si solo hiciéramos que trasladar la broma de unas víctimas -por así decirlo- a otras. Cuando socialmente pasa a estar mal visto pronunciar frases como "ojalá que te mueras de cáncer", frase que oí muchas veces en mi infancia, aunque no fuera contra mí, aparecen para relevarlas otras por el estilo. No digo que no quede alguien escudado en las redes sociales que como ocurrió a la muerte de Bimba Bosé le dedique un tuit nefando y deleznable, pero por lo general actualmente los enfermos de cáncer son más respetados e incluso se podría decir que hasta cuentan con alguna ventaja y con la solidaridad de todo hijo de vecino.
De un tiempo a esta parte sin embargo, en directa relación con la proliferación de información médica en internet, noto que han aumentado las bromas sobre las enfermedades. No se trata exactamente de aquello de "ojalá te mueras de cáncer" o del chiste del gangoso, se trata de manejar términos sanitarios de enfermedades y de tratamientos para hacer gracietas como la que acabo de ver en "La Galerna" y que al parecer se ha publicado hoy: Breve estudio de la madriditis. Es una publicación merengue y tiene un cierto nivel, no es libelo ni nada por el estilo. Pero me ha desagradado el artículo porque cae en la moda esta de usar enfermedades, diágnósticos, tratamientos, en cachondeo.
Seguramente su autor goza de buena salud, cosa de la que no puedo más que alegrarme, porque si no gozara de buena salud es probable que tuviera más sensibilidad por este tipo de metáforas tan desafortunadas. Se dirá que si no se puede hacer broma con eso que de qué se podrá hacer broma. Craso error porque el humor no tiene porqué ser tan perverso.
Me he acordado de una excursión que hice en un verano de UIMP en Santander. En el autocar iban alumnos -algunos de los cuales en su ciudad eran profesores- de diferentes nacionalidades. Una gaditana que daba clases de español en California se hizo con el alma del autocar y empezó a explicar chistes sobre el accidente de Lady Di. Muchos. Y lo peor es que todo el mundo le reía los chistes, a cual más pésimo. Todo el mundo menos yo y una profesora de español finlandesa. Le pregunté si entendía el sentido de aquellas cuchufletas y me dijo que sí, sin que ni en su cara ni en sus palabras pudiera advertir el menor signo de desaprobación, irritación o repugnancia. A mi la verdad es que la situación me resultó muy incómoda e incomportable. Hacía un año apenas que la princesa se había muerto en el tunel de Almá en accidente de tráfico, a los 36 años de edad. La profesora de español en California explicó cosa de 10-15 chistes. Me pareció terrible e incluso toda la simpatía que no me había inspirado antes Diana de Gales surgió de una vez.
El periodista o licenciado en Medicina o locutor Carlos Herrera últimamente desbarra mucho y por eso y por más razones he dejado de oír su programa. La befa del "desfibrilador de tontos", que a él le debe parecer la leche, revuelve el estómago de cualquier persona que conozca enfermos del corazón. Y si al menos la hubiera hecho una vez y a continuación se le ocurriera otra... Pues no. Cada dos por tres aparece esa guasa, la misma, como una firma. La broma, de más que dudoso gusto, se la sigue el economista o periodista Santi González y juntos muchas veces hablan con notable desprecio de políticos u otros famosos. No entiendo cómo puede insultar y llamar "subnormal" a quien sea. Y no lo digo tanto por intentar comprender la génesis del insulto en una debilidad moral de los periodistas sino porque me resulta inconcebible que se lo permitan. ¿Cómo pueden denostar un tuit antitaurino contra un niño enfermo de cáncer y sin embargo llamar "subnormal" a p.e. Carolina Bescansa? Se dirá que el niño es un indefenso, un enfermo o un menor y Carolina Bescansa no, o cualquier otra cosa, pero éticamente y jurídicamente es  inaceptable. Por favor, insultos no. Ni que sean en forma de diagnóstico. 
Podría añadir alguna cosita más pero creo que con lo dicho es más que suficiente ¿O no? ¿O es que tal vez no hay que decir que lo que queremos es un periodismo que no sea caro pero que nos informe de verdad? Menos opiniones y más corresponsalías y periodismo. Si de verdad queremos saber rápidamente y con rigor lo que ocurre en el mundo sin tener que esperar ya fermente la noticia en las agencias terciaristas, solo queda ir a fuentes como la BBC. He visto noticias de gran importancia llegar a "La Vanguardia" una hora y media después de que aparecieran en BBC World News. Lo barato es lo que nos sale caro, porque pagamos por algo que no vale lo que debiera.
Lee Lorenz (The New Yorker)

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8.2.17

Unicornios azules

e acabo de enterar de la muerte de José Luis Pérez de Arteaga, cuya voz tantas veces me ha acompañado en la radio y que echaremos mucho de menos en el concierto de Año Nuevo, más incluso que si nos quitaran la Marcha Radetzki en el programa de 2018. Recalco lo de voz porque a todos nos agradaba su conocimiento de la música y la musicografía, pero en mi caso además disfrutaba mucho de su locución. Hay personas que cuando desaparecen marcan como un cambio de época y aunque cualquier muerte es penosa, cuando desaparece alguien que tiene una identidad fuerte en nuestra memoria sentimental, la pérdida se siente de manera especial.
No todo el mundo es igual y lo deseable es que cada cual pueda ser quien es, sin caer en aquello que Jesús Gabriel Gutiérrez denomina "el gran tinglado de la felicidad". Cuando perseguimos como el rinoceronte de la viñeta ser unicornios es cuando me temo que vamos errados. Eso sin recordar que los rinocerontes, muchos de ellos, están en peligro de extinción, mientras que está por ver si alguna vez llegaron a existir los unicornios más allá de las alucinaciones y de los sueños. Leídas unas páginas de El Cristo interior de Javier Melloni, que comentaba en el post anterior, tengo una sensación de que el autor se hace esclavo del estilo que impregna el principio o una veta del libro y hay algo que pierde fuelle. Tal vez la sensación sea equivocada, tal vez es que el sinnúmero de parábolas -que solo gustan en los evangelios- produce un poco de cansancio. En la ciudad donde vivo los políticos hablan en términos figurados, que si se embarcan, que si pasan el algodón, que si llegan a bien puerto, que si ven chocar los trenes. Todo eso de vez en cuando es bonito, pero la persistencia aburre y deja el lenguaje como una baraja muy limitada de tópicos y metáforas marineras y ferroviarias. Siempre lo mejor es decir las cosas de la manera más directa y sencilla. Pero no olvidemos que la paleta de matices del lenguaje del Procés va de Gandhi a Mandela y el Brexit incluso, cuando antes se había arrimado al independentismo escocés.
Pero lo que me interesaba hoy es apuntar a cómo de alguna manera el tiempo hace justicia y elocuentemente sitúa a cada cual en su valor. En principio no hablaría de la ley de Clark (!) o Clarke, por la cual "La incompetencia suficientemente avanzada es indistinguible de la mala voluntad" o "Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada será indistinguible de la magia" (*). El tema es si se puede distinguir la poesía auténtica de la poesía pedantesca donde meramente se metabolizan lecturas y canciones. Me quejaba días atrás en esta misma dirección de cómo los intelectuales de hace 3 o 4 décadas incluso eran más creativos que los que se supone que ahora desempeñan la creatividad. Ya no digamos los intelectuales. No aportan nada nuevo. Ni siquiera se puede hablar de plagio. Son copiópteros que ni siquiera saben que son copiópteros, cosa que se puede además reunir con un perfil bajo en su recorrido vital, sin audacias o como mucho algún excurso en drogas que todo lo más producen risa o embotamiento. No pretendo que los poetas y los pintores abusen de las drogas duras, por Dios. No es eso. 
Ayer me miraba el anuncio del Macintosh de 1984. Leo en la Wikipedia: "1984 fue un destacado anuncio de televisión usado en el lanzamiento en Estados Unidos de la computadora Macintosh 128K de Apple, en 1984. Está inspirado en la novela 1984 de George Orwell, fue dirigido por el británico Sir Ridley Scott y televisado el 22 de enero de 1984 durante un tiempo muerto del tercer cuarto del Super Bowl XVIII." Aunque se ha hablado mucho a favor de este spot y yo soy una ignorante y no me he documentado a fondo, me atrevo a decir que me recuerda mucho al principio de "Metrópolis" (Fritz Lang, 1927) y que el lanzamiento de martillo de la atleta/heroína contra la pantalla alienante desde donde habla el Gran Hermano me recuerda a la escena de "2001, la odisea del espacio" (Stanley Kubrick, 1968). "Así habló Zarathustra" (Richard Strauss). abre los créditos y el principio de la película, cuando el primate descubre (6:31) que un hueso puede ser un instrumento o un arma para matar a los tapires, tres millones de años antes de Cristo. Después también sirve para matarse entre los primates y en el último minuto del vídeo que enlazo el primate lanza el hueso al aire en señal de triunfo. Todos hemos visto ese corte en el que el hueso se convierte en el siguiente fotograma en una nave espacial cuatro millones de años después. Sin quitarle mérito a Ridley Scott, diremos que no fue original. Y lo que no es original resulta poco auténtico, poco creíble.
Aunque José Luis Pérez de Arteaga era más mahleriano que otra cosa, he venido a unir el principio -mi homenaje al melómano- con el final, el vals straussiano con que Kubrick supo dar la sensación de ligereza e ingravidez con la que circulan las naves espaciales, El bello Danubio azul.



(*) La primera frase es de Microsiervos podría ser en efecto la versión de una recreación de la tercera ley de Clarke, en un discurso que hizo Finckenor en su discurso al dejar la NASA: "Sufficiently advanced cluelessness is indistinguishable from malice", frase que Finckenor atribuye a Clark por Clarke.

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4.2.17

La mudanza


e acuerdo que Maria Mercè Marçal en una de las presentaciones que hizo de La passió segons Renée Vivien, explicó la anécdota de que en un viaje a Grecia había visto un camión con la palabra metáfora en escritura griega en su carrocería. Como la poeta sabía griego pronto dedujo que era de transporte de mudanzas, porque la metáfora es eso, el traslado del contenido de una palabra a otra.
Aunque vivimos las mudas, los traslados y los cambios como algo que desestabiliza nuestra ya precaria tranquilidad, curiosamente buscamos "aventuras" controladas como el turismo y las escapadas para sosegar ese afán natural que tienen todas las criaturas de crecer, cambiar y transformarse. La mayor parte de las veces el turismo, ya lo he dicho aquí otras veces, no nos afecta. Pasamos por las ciudades pero ellas no pasan por nosotros. Hay además como un anhelo coleccionista de sumar recorridos en el álbum de nuestras vidas ahítas de consumir pero no tanto de vivir experiencias. Hay actividades que delatan el vacío en que se vive.
Hace un año uno de mis cactus no solo detuvo su lento crecimiento sino que hizo una lenta involución. Se fue implosionando lentamente, retrayendo y como secando. Sus espinas crecieron y le apareció una especie como de cicatriz en el globo, desde la parte superior hasta la que se hunde en la tierra. Era y es como una marca de la constricción, y además me prevenía de que el cactus no se estaba "muriendo" sino que estaba sufriendo una metamorfosis. A finales de otoño le apareció en lo alto una areola lanosa, que suele preconizar una flor o meristemo florífero, el cual finalmente apareció este lunes. Cada día que ha transcurrido la flor está más definida y es más sobresaliente. El largo proceso me hizo pensar en la ecdisis o cambio de muda de los insectos, proceso en el que cambian el exoesqueleto los invertebrados. Cuando leí el  de L. Hugh Newman sobre El mundo de los insectos, me resultó bellísima su descripción de la muda:
"Los saltamontes mudan unas cinco veces; las cucarachas, siete; las larvas de las mariposas y polillas, de cinco a nueve, y las ninfas de las perlas, de treinta a cuarenta.
Cuando se aproxima una muda, se forma una fina capa de líquido entre el tegumento antiguo y el nuevo que es secretado debajo del primero. En realidad, este líquido es un tipo de líquido digestivo que contienen fermentos que disuelven gradualmente la quitina y las proteínas de la endocutícula, pero dejan intacta la exocutícula, que es más dura, así como la epicutícula. Las sustancias disueltas se vuelven a utilizar en la formación de la nueva piel.
Cuando el nuevo  tegumento se halla dispuesto, el insecto debe lograr que se produzca una hendidura en el antiguo, valiéndose de sus propios esfuerzos. No es tan difícil como parece, pero en las etapas iniciales de su desarrollo existe un punto débil en alguna parte del tegumento, generalmente a lo largo de la línea central del tórax."
Un poco, el proceso de la ecdisis en el cambio de muda de cucarachas, saltamontes, polillas, recuerda a la floración de mi mammillaria en el sentido de que el proceso interno se manifiesta externamente y lo viejo es el mortero de lo nuevo. Algo de lo que aprender, por cierto.
Estos días estoy conociendo el trabajo de Mónica Cavallé, filósofa, que ha hecho numerosas conferencias y que ha escrito unos cuantos libros. Ayer estuve viendo en Youtube "En torno a la felicidad", que hablaba de la plenitud. Me acercé a ese vídeo creyendo que era de una divulgadora de la filosofía advaita vedanta, porque tiene algún libro sobre la no-dualidad, pero pronto vi que hay mucho del estoicismo por el que siempre una misma se ha dejado guiar o inspirar, mejor dicho.  La filósofa tiene un discurso de gran vigor y rigor  y merece la pena ver este vídeo en su integridad, sin desvirtuarlo con un resumen o mis propias palabras. Es bonito el efecto que produce al penetrarnos de la idea de que la transformación es posible y además es lo que nos define. A través del conocimiento y de la virtud. Su libro La sabiduría recobrada permite situar la grandeza de la propuesta de todos estos filósofos. 
Los vídeos recomendados por Youtube, que por una vez no me han devuelto una pelea de un cocodrilo con un león o el uso doméstico del limón con el bicarbonato para eliminar manchas, me han dado a conocer al jesuita Javier Melloni, que reside en Manresa, y en concreto su libro El Cristo Interior. Si se me permite una broma chusca, no se refiere al desorden, al "cristo" en el sentido de berenjenal o alboroto. Si refiere en cierta manera a un modo de ecdisis. Es un libro además muy poético por lo que me arrepiento de haber comprado en formato digital, pero eso es algo que tiene fácil remedio.
Si tuviera que elegir aquí algo de lo que nos propone Cavallé repararía en tres cosas. Primero en la propuesta de la aceptación (en su expresión máxima de potencia), la gratitud maravillada y una confianza profunda. Segundo en cómo analiza ideas atribuidas al judeocristianismo (esperanza, humildad, resignación), que se han apropiado de una forma un tanto supersticiosa y empobrecida para defender la tristeza más infecunda, un dolor terrorífico y sin razón.  Y tercero, la afirmación de que las personas que son destructivas es porque no pueden crear. Está claro. Los seres que no son creativos, que no pueden transformarse, que son mediocres o están como castrados, lo único que pueden hacer es fastidiar, imitar y limitar a los que sí pueden.


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2.2.17

Figurantes

anjar el asunto de las postales folklóricas que ayer evoqué es imposible sin referirse a las que aparecieron creo que en los años setenta. No recuerdo que entre las colecciones de Frederic Marès se encuentren las postales, por lo menos de manera representativa, tal vez porque precisamente como coleccionista reunió más bien objetos raros y curiosos, y las postales son algo que en mayor o menor medida hemos tenido en todas las casas.
La carta postal que ilustra el post de hoy era bastante frecuente en los años 70. Por si no fuera suficiente para datarla el recuerdo de toda una década, bastaría el tono del positivado, muy vivo y luminoso, cálido, casi sobreexpuesto. Tengo en la memoria alguna postal folklórica con muestras de los productos típicos. En el caso de Galicia, mariscos, pescados, patatas, etcétera, siempre con un pote de hierro y/o una sella o una cesta de castaño. La moda alcanzó a todas las que entonces llamábamos regiones. Tengo vistas postales de Cataluña, Aragón, Castilla y Andalucía en el mismo estilo. Lo de los trajes regionales ya se sabe mal explicado que es un invento, pero encontró en aquellos años su definitivo arranque y se ha llevado ad libitum y parece una fuente inagotable de invenciones. Y no me refiero a las renovaciones, me refiero a trajes que se adoptan como tradicionales y no lo son.
Lo que tal vez era imposible de adivinar a la vista de aquella alegría regionalista era por donde iba a acabar discurriendo sobre todo lo que era producto de la fantasía y de los típicos tópicos. Miro algunas postales del mismo género y las escenas me hacen recordar mi propia inocencia (o ingenuidad). Ese mundo rural o marinero que yo conocí y que me deslumbró, cayó durante una estancia invernal que me devolvió otra realidad (la de la matanza del cerdo) mucho menos bucólica e interminablemente lluviosa.
Antes de esas fotos las que dominaban eran las del abulense Luis Casado Fernández "Ksado", con tipos humanos más auténticos, estos es no-figurantes. Supongo que que la eligieran a una como figurante o como figura de una fotografía para que la gente se enviara cartas postales en sus vacaciones o para felicitar por el santo, debía de hacer mucha ilusión. Lo queramos o no, además, esas imágenes perfilaron la fisonomía de nuestro país, crearon -si se me admite el término fotográfico- clichés de clichés.
Me estoy acordando ahora de un verano, esto ya en los noventa, cuando aún eran impensables las cámaras digitales aunque ya se conocían las Polaroid. "Padecí" una cena con sesión fotográfica de fotos de Marruecos. Dos semanas después tuve que visionar más diapositivas de Marruecos en otra velada postvacacional. Y reconocí muchos lugares, por lo que la gente se pensó que yo también había estado. "Pero no, yo nunca he estado en Marruecos, lo que pasa es que conozco sus fotos". Por aquel entonces gozaba de una memoria prodigiosa que me permitía además añadir detalles y decir "sí, está al lado de un bazar donde hay unas alfombras muy bonitas". Es decir, con todo ello lo que quiero decir no es que yo nunca estuve en Marruecos o que tenía buena memoria, lo que quiero decir es que la gente siempre hace más o menos las mismas fotos. O hacía. Se imponía como un modelo quien tomaba un buen ángulo, quien acertaba con un encuadre, y después todo el mundo hacía lo mismo. 
El posado de los figurantes en las postales folklóricas es también un territorio que me enternece. El posado que se hace ahora, aunque sea en situaciones dispares (cerveza en el bar, despedida de solteros, selfies, cambio de trabajo, etc.) también está sujeto a clichés. Creo que ya no se lleva la boca de pato y que ahora lo que se lleva es la apertura de pez o fish gape, con la boca entreabierta. También es usual usar las manos como los raperos y congelarse haciendo la uve con los dedos o gang signs, cosas así. Algo para lo que claramente ya no sirvo.
Postal folklórica de los años setenta


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Si llueve

esde que vi en Madrid algunas pinturas de Camile Pissarro, en aquel verano en que Dalí triunfaba creo que en el Sofidou, me encantó su tenebrismo matizado con discreción e introversión. Me llamaron mucho la atención las escenas con rastros de lluvia (paisajes modificados por un chubasco ya pasado y calles mojadas). Yo diría, sin haberlo estudiado, que la lluvia apareció en la pintura por influencia oriental. No digo que no hubiera algún cuadro, pero la influencia de las estampas grabadas japonesas con el motivo de la lluvia es bastante evidente. Veo en la web de Jeff Rowland, que se presenta como "pintor de la lluvia", como incorpora elementos y efectos que aparecen en los grabados que he recogido hoy sin agotar ni los estilos ni los autores ni el tema. En Pissarro, el puntillismo ayuda a que la luz de los charcos y los reflejos provoquen una atmósfera decididamente lluviosa, impregnada por la naturaleza del agua, que implica un sentimiento y un misterio y unas cualidades diferentes al ambiente seco. En las xilografías japonesas hay unos focos de luz que arrojan farolitos generalmente, que aportan la mortecina claridad suficiente para causar el efecto de una luminosidad muy modificada por el agua y la luz insuficiente.  Me temo que además la lluvia en Japón preludia algún movimiento de tierra, aunque no siempre.
Las escenas, tal y como están reproducidas en internet adoptan para la obscuridad o el azul o el marrón y hasta un tono marengo, por lo general. Algo que me recuerda el batik africano cuando se representa la noche, en azul. Un azul bien vibrante en este caso, como de claro de luna, no tan apagado como el de los artistas nipones. Las estampas de Ginnosuke Yokouchi son acuarelas, no grabados, pero los demás artistas hicieron ukiyo-e con los motivos habituales. También he incorporado algún kacho-e (estampas con una flor o un motivo vegetal y un insecto o un ave) en el que aparece la lluvia, el resto son caminos, templos, puentes, etcétera, pero que relatan escenas casi costumbristas y que más que destacar la grandiosidad de la naturaleza, marcan una cierta intimidad con un toque ligeramente humorista, como nuestro estilo europeo Biedermeier.
Un producto más popular sería el de las postales gallegas rurales con una pareja en que él lleva un paraguas por toda alusión al húmedo elemento. "O galego cando canta no seu cantar pon amores como lle salen da ialma son as cantigas mellores" dice la segunda.

Postal del ilustrador Agar (1)

Postal del ilustrador Agar (2)

En otra postal también del ilustrador Agar, que no consigo identificar más, en vez de una pareja aparece otra escena también bastante típica.
Además de Ginnosuke Yokouchi la presentación incluye a Hiroaki Takahashi (Shotei),  Shiro Kasamatsu, Kawase Hasui, Kobayashi Kiyochika, Tsuchiya Koitsu, Ohara Koson y Utagawa Hiroshige. Sinceramente y modestamente admito que puedo haber transcrito el nombre en orden alterado, es decir primero el apellido y después el nombre, en algún caso.

Postal del ilustrador Agar (3)

Pero, yendo a lo que íbamos, ya que no podemos identificar por ahora a Agar, más que situándolo en la década de los 60 del siglo pasado, nos volvemos a interesar por las xilografías japonesas. Aunque recurrían sus artistas a motivos repetidos no dejan de tener una gran expresividad y encanto. Las figuras parecen apresurarse a ponerse a cubierto y eso es lo que de alguna manera suscita espontaneidad y humorismo. Alguna escena muestra una escena en que los charcos delatan que ha llovido pero luce el sol con toda su fuerza, pero todas ellas son elogios de la sombra de que nos habló Junichiro Tanizaki.



"Si llueve por la Candelaria, apaga la brasa".

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